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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Sexo con mi cuñado
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Me mudé con mí prometido un año antes de casarnos. Siempre estaba trabajando en proyectos extraños y le solía pedir ayuda a su hermano mayor.

Su hermano mayor estaba casado y era un tipo fuerte y silencioso, muy habilidoso y atractivo. No hablaba mucho, y yo me sentía intimidada por su aspecto robusto. Siempre me miraba con esa mirada de "quiero follarte hasta dejarte sin cerebro". Las mujeres conocemos esa forma de mirar. En cualquier caso, me mantuve alejada de él, nada de bromas, estaba fuera de mis límites. Quería ser respetuosa con mi prometido y lo último que quería era causar problemas entre hermanos.

En una ocasión que mi prometido había tenido que salir de la ciudad por trabajo. Me dijo que le había pedido a su hermano que viniera a casa una noche para terminar un trabajo. Yo no estaba muy segura, pero ¿qué podía decir? Cuando su hermano me mira con esa mirada me hace mojar. No confiaba en mí misma estando a solas con su hermano, pero acepté.

Una noche, acababa de llegar del trabajo y me lo encontré esperándome a la puerta. Le invité a entrar en casa e inicié una conversación con él. Me felicitó por lo bien que me quedaba el vestido y me dio un poco de vergüenza, pero le enseñé la habitación en la que estaba trabajando mi prometido. Traje vino para mí y él quería agua, entré en la habitación, me senté en una silla y le miré trabajar un rato. Tenía las piernas al aire y él no dejaba de mirármelas mientras trabajaba. Sus miradas me estaban excitando, así que decidí irme de la habitación para hacer algunas tareas.

Normalmente me cambio de ropa al llegar a casa, pero a él le gustaba mi vestido, así que me lo dejé puesto, al igual que los zapatos de tacones. Por mi cabeza cruzaban malos pensamientos.

Tomé un par de copas de vino para relajarme. Al poco rato me llamó a la habitación para enseñarme el trabajo terminado. Le felicité y fue entonces cuando me dirigió esa mirada y me dijo― Puedes felicitarme mejor ―Hubo una fracción de segundo de silencio mientras procesaba lo que quería decir. Lo sabía perfectamente, pero me hice la tonta y dije― Gracias... Muchas Gracias.

Se acercó más a mí, sin decir una palabra, sólo mirándome fijamente a los ojos. Mi corazón empezó a acelerarse y latía con fuerza. Me mordí el labio inferior, como hago siempre que estoy nerviosa. Aquello era lo que temía, pero no dije nada y me quedé inmóvil. Se acercó a mí. Un poco achispada por el vino, caí de espaldas contra la pared, como rindiéndome.

Sentí su mano deslizarse por la raja de mi vestido y su mano grande y fuerte pasar por mi muslo ¡Oh mierda, estaba pasando!

Me agarró el culo y tiró de mí para acercarme a él. No me resistí en absoluto, debería haberlo hecho, pero no lo hice, lo deseaba tanto como él. Nos besamos, había intentado reprimir mis sentimientos, pero ya era demasiado tarde. Me besó con tanta pasión que mis bragas se empaparon. Le cogí de la mano y le llevé al dormitorio. Durante las dos horas siguientes tuvimos sexo muy apasionado. Luego se fue sin decir nada ¡Maldita sea! ¿Qué había hecho?

La noche siguiente volvió a casa y dudé en abrir la puerta. Sabía que estaba mal, pero me sentía débil. Aquello era tan tabú, tan malo, pero estaba tan caliente. Mis impulsos sexuales dominaron el cerebro y abrí la puerta. Tan pronto como entró por la puerta me tomó. Era puro sexo animal. Sin hablar se apoderó de mí y se salió con la suya. Siempre fue sexo salvaje y apasionado. El sexo era increíble, era mucho más grande y fuerte que su hermano, mi prometido.

Casi nunca hablábamos. Venía a casa cada vez que mi prometido estaba fuera. Nunca enviaba mensajes ni se comunicaba, simplemente aparecía y me follaba. Nunca sabía cuándo iba a aparecer. La incertidumbre y la anticipación eran muy excitantes y siempre era el mismo sexo animal.

Ambos sabíamos que aquello no podía continuar, pero lo hizo hasta unas semanas antes de casarme. Una vez casados la aventura terminó.

Sigo viéndole a menudo, pero ha dejado de mirarme así. Es como si nunca hubiera ocurrido. Me sometería a él sin pensarlo dos veces si me quisiera.

Abril

 

 

Hermano mayor de mi prometido

Abril se muda a vivir con su prometido y conoce al hermano mayor de su novio. Esta es la historia.

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