Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Sorteando sexo
ADVERTENCIA: Esta página contiene textos, imágenes o enlaces que pudieran ser considerados no apropiados para personas menores de la edad legal. Por eso se hace esta advertencia. El contenido de los mismos es evidentemente "para adultos" y de contenido explícitamente sexual por lo que, hecha esta advertencia, si finalmente decides continuar, lo haces bajo tu única y exclusiva responsabilidad. No se obliga a entrar, es más, se recomienda que aquellas personas que puedan sentirse molestas, o incluso ofendidas, con el contenido de lo que aquí aparece, que se abstengan de hacerlo.

Mi esposa Andrea ha tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio desde que nos casamos. Con el tiempo ha acumulado un gran número de amigos varones con los que tiene relaciones regulares. Hace unas semanas ella y yo estábamos relajados y salió el tema del sexo. Le dije que tenía una idea que podría gustarle. Ella estaba interesada en escucharla, así que empecé a explicársela.

Cada uno de nosotros escribiría en un papel describiendo algún acto sexual que realizaríamos. Ella dijo que la única manera de que yo esté de acuerdo es que no haya absolutamente ninguna retirada. Estuve de acuerdo en que era una buena idea. Dije que no compartiéramos lo que habíamos escrito para que fuera más divertido verlo cuando se dibujara. Andrea se rió y dijo que eso le gustaba.

Saqué uno de una vieja caja de madera de la cocina para guardar nuestros pensamientos sexuales.

Cada uno de nosotros escribió diez papelitos y los dobló antes de echarlos en la caja. El viernes siguiente por la tarde sugerí que eligiéramos uno y lo hiciéramos. Le dije a Andrea que debía hacer el sorteo después de la cena. Estaba emocionada por ver qué era lo primero, así que después de comer cogí la caja y le dije que eligiera uno bueno. Andrea metió la mano en la caja, sacó un papelito y lo desdobló. Lo leyó para sí misma y se le dibujó una gran sonrisa. Le pregunté qué era. Me dio el papelito y me dijo que se iba a duchar.

Lo leí y vi que era uno de los suyos. Decía que pasara la noche con una polla de su elección y que a la mañana siguiente, yo le hiciera sexo oral.

Me senté en la cama para esperar a que saliera de la ducha. Entró con su albornoz corto y una gran sonrisa en la cara. Le pregunté quién era el afortunado y dijo que eso no es parte del juego, que no podía saber de quién era el semen que comería de su coño.

Me apoyé en los codos para ver cómo se vestía. Se quitó la bata y me la tiró. Cogió unas bragas pequeñas de la cómoda y se las puso. Le pregunté por qué llevaba bragas. Me dijo que para contener mí desayuno. Luego cogió sus pantalones cortos más ajustados y los subió por sus piernas bronceadas. Se clavaron en su coño haciendo evidente la forma de su coño. Le pregunté si no era incómodo. Ella levantó las caderas y dijo que no, que en realidad era sexy. Para la parte superior se puso una camiseta blanca de algodón sin sujetador. Sus tetas no necesitaban sujetador y sus pezones destacaban con orgullo. Se sentó a mi lado en la cama mientras se calzaba los tenis y luego se levantó para mirarse en el espejo. Se levantó de puntillas y me preguntó si se veía bien. Le dije que se me había puesto la polla dura sólo de verla.

Me dio un beso en la mejilla y me dijo que estaría en casa mañana y salió por la puerta.

Esa noche vi porno hasta después de las dos de la madrugada pero no me masturbé, quería tener mucha lefa para añadir al ya jodido coño de mi mujer. Me quedé dormido en el sofá y no la oí llegar a casa. Me despertó y vi que sólo llevaba puestas las bragas.

― Buenos días, dormilón, espero que tengas hambre porque mi coño está goteando ―Me dijo

Me empujó de nuevo al sofá y se quitó las bragas, luego colocó su coño extremadamente húmedo sobre mi boca. Era obvio que la habían follado mucho y duro. Sus labios internos estaban hinchados y su clítoris seguía erecto. Chupé el clítoris como si fuera una pequeña polla, eso hizo que sus piernas apretaran mi cabeza hasta el punto de que casi no podía respirar.

Después de que mi cara estuviera cubierta de los jugos que salían de su vagina, la empujé hacia atrás para poder follarla. Le metí la polla hasta los huevos de un solo golpe y envolvió sus piernas alrededor de mi cintura. Empecé a correrme en el tercer golpe. Cuando terminé me dijo que le chupara mi semen.

Después de limpiarla me dijo que se iba a duchar y que necesitaba una siesta, dijo que habían follado toda la noche y que tenía sueño. Fue divertido y no puedo esperar hasta el próximo viernes.

Gogo

Otro relato ...




Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidos

Y si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.

Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí.