Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Quiere verme
ADVERTENCIA: Esta página contiene textos, imágenes o enlaces que pudieran ser considerados no apropiados para personas menores de la edad legal. Por eso se hace esta advertencia. El contenido de los mismos es evidentemente "para adultos" y de contenido explícitamente sexual por lo que, hecha esta advertencia, si finalmente decides continuar, lo haces bajo tu única y exclusiva responsabilidad. No se obliga a entrar, es más, se recomienda que aquellas personas que puedan sentirse molestas, o incluso ofendidas, con el contenido de lo que aquí aparece, que se abstengan de hacerlo.

Mi esposa y yo llevamos casados siete años, y hemos sido muy felices. Nunca hemos tenido una gran vida sexual, pero ella está muy buena y siempre que tenemos sexo este es bastante bueno. Estamos en la norma y nunca nos metemos en nada loco o pervertido, sobre todo los juegos previos ligeros y luego el sexo directo hasta que ambos nos corremos. Yo siempre he tenido un impulso sexual mucho más alto que mi esposa, ya que ella tiene treinta y un años y yo treinta y siete, pero creo que ella está empezando a entrar en su etapa caliente de la vida. O eso espero.

Las últimas dos semanas se ha estado preparando para mí cuando me voy a la cama, y esperándome en la cama con una tanga y un sujetador de encaje. Ella es muy caliente, con el pelo moreno a la altura de los hombros, un pecho pequeño. Tiene un culo que mata porque está muy bien formado sin un gramo de celulitis.

He sido muy feliz y he tenido mucho más sexo del que estoy acostumbrado pero aún tengo antojo de algo más. Aquí es donde la historia puede desviarse de donde crees que va. También es cierto, y me gusta pensar en ello, que me excita mucho el hecho de poder escribirlo y pensar que la gente lo esté leyendo.

Tengo un buen amigo con el que crecí que cada año viene a visitar a sus parientes en nuestra ciudad natal, ya que se ha mudado y ahora también está casado. No tiene una buena relación con su madre y siempre que viene se queda un par de noches en nuestra casa mientras está de visita. Su esposa se queda en casa, así que siempre viene solo.

Siempre preparo esa visita y bebemos mucha cerveza... Por curiosidad, mi amigo y yo vivimos juntos en los tiempos de la universidad y jugamos un poco, pero sobre todo nos masturbamos juntos y eso fue todo. Los dos en todos estos años ni siquiera hemos mencionado las veces que hicimos cosas en la universidad y se entendió que éramos mayores y hemos seguido adelante con nuestras vidas con nuestras esposas.

Así que mi amigo Ricardo venía a quedarse con nosotros y me había enviado un correo electrónico con las fechas de su visita. Le dije a mi esposa que Ricardo vendría otra vez para quedarse con nosotros por un par de días y le pregunté si le parecía bien.

― Claro, sabes que me gusta Ricardo, es divertido ―Dijo ella.

No creí que esta visita fuera a ser diferente a cualquier otra. El día que Ricardo iba a aparecer, mi esposa y yo habíamos tenido una buena noche de sexo, pero era el mismo tipo de sexo, postura del misionero y sin juegos preliminares. Ella parece estar contenta con ello, y es mejor que no tener ninguno, así que no me quejo.

Era domingo por la tarde cuando apareció y la noche fue bastante normal, pero yo me había tomando el lunes libre para pasar un rato con Ricardo, así que no tuve ningún problema en empezar con la cerveza y luego cambiar al vodka. Ricardo solía ser un gran bebedor, pero esta vez no parecía estar bebiendo tanto como yo.

Empezamos a jugar al golf en la xbox y mi esposa dijo― Bueno, si eso es lo que van a hacer, me voy a la cama ―Se acercó a mí y me dio un gran beso y me dijo mientras se reía y caminaba hacia el dormitorio― diviértete esta noche con tu amiguito de juegos.

Levanté la vista y vi a Ricardo mirando a mi esposa alejarse. Ella tenía puestos unos pantaloncitos blancos cortos, con una camisa cortada sin sostén. Me sorprendió un poco porque normalmente es bastante reservada, y no es tan habitual que muestre su cuerpo, pero se sentía cómoda con Ricardo.

Ricardo miró hacia mí, sabiendo que yo estaba mirándole y dijo― Hombre, tienes suerte, tu esposa es muy caliente.

― Sí, está buena y tiene un gran cuerpo, pero qué desperdicio ―Dije.

― ¿Qué quieres decir? ―Preguntó Ricardo.

Le seguí diciendo que el sexo con ella era bueno, pero ella no hace nada atrevido o pervertido y yo quería hacer algo más salvaje.

Ricardo dijo que lo entendía, ya que su esposa tampoco hacía nada por él sexualmente, y fue entonces cuando dijo algo que hizo que mi mente se preguntara― No puedo recordar lo que se siente al tener una buena mamada ―Ambos nos reímos y luego hubo un extraño silencio y continuamos jugando.

Nos quedamos despiertos durante otras dos horas y bebí bastante y me estaba emborrachando bastante. Fue entonces cuando le dije a Ricardo― ¿Quieres ver la remodelación que hemos estado haciendo al baño? Hemos añadido una bonita ducha y una bañera de chorros.

No habíamos terminado la remodelación todavía, así que las puertas estaban colgadas pero no había manijas en ellas, así que había agujeros en las puertas donde se iban a colocar las manijas.

Estaba bastante cachondo al entrar en el baño y le dije a bromeando Ricardo― Mira, tengo mi baño con su propio agujero de gloria.

Metió el dedo en el agujero y yo lo agarré y me reí. Luego apagó las luces y el baño quedó muy oscuro. Él estaba al otro lado de la puerta y tiró de su dedo hacia atrás y no dije nada, mi cabeza daba vueltas por el alcohol. No me moví. Me senté en el baño en la oscuridad y puse mi cara junto al agujero de la manija de la puerta y Ricardo volvió a meter el dedo en el agujero, pero esta vez me golpeó la mejilla y lo lamí rápidamente sin darme cuenta de lo que estaba haciendo.

Me metió el dedo en la boca y luego le oí decir― ¿Listo?

― ¡Sí! ―dije con voz de borracho

Le oí bajarse los pantalones y empecé a excitarme y a preguntarme qué iba a pasar después. Mi cara junto al agujero, podía sentir el calor de algo que pasaba por el agujero. Esta vez no era su dedo, ya que era suave y mucho más grande. Me tocó la mejilla y me giré para que me llegara a los labios. Dejó salir un ligero gemido y rápidamente empujó su polla entera a través del agujero separando mis labios y abriendo completamente mi boca. Borracho o no, sabía exactamente lo que estaba haciendo, y esta fue la primera vez que tuve una polla en mi boca. Lentamente empecé a chuparla, como si quisiera que mi esposa chupara la mía. Era mucho más suave de lo que pensé que sería, y realmente no había ningún olor. Realmente estaba empezando con ella cuando Ricardo ya estaba gimiendo y moviendo en sus caderas. Pude sentirlo del otro lado golpeando la puerta.

Ahora que le estaba chupando la polla ya era oficialmente un chupapollas, y lo increíble que era. ¿Por qué no había hecho esto antes si me encantaba? No creo que sea gay, y no tengo absolutamente ningún sentimiento emocional por los hombres, pero tener una polla en mi boca fue increíble y me encantó cada minuto.

La polla de Ricardo debe tener unos veinte centímetros, gran cabeza y sabía limpio y maravilloso. Yo estaba chupándole la polla como si no tuviera otra preocupación en el mundo. Entonces, de repente, las luces se encendieron cuando mi esposa apareció y rápidamente dijo ― ¡Oopps, lo siento Ricardo! ―Luego dijo― Usaré el baño de arriba.

Ambos estábamos congelados, ya que mi esposa acababa de entrar mientras su esposo le hacía una mamada a su amigo. Pero como ella no reaccionó, quizás debió pensar que Ricardo sólo iba a usar el baño al ver su trasero mientras estaba de cara a una puerta cerrada, sin pensar en el agujero de la puerta.

Ella se había alejado en su aturdimiento somnoliento para usar el baño de arriba, y fue entonces cuando me estiré y le agarré la polla a Ricardo para que no pudiera salir. Continué chupándosela y dije suavemente― ¡Quiero tu semen!

Fue unos segundos más tarde que su cabeza se hinchó y pude notarlo lanzar carga tras carga en mi boca. La llenó y empezó a salirse por las comisuras, pero pude recoger la mayor parte con la lengua. Una vez que llegó, rápidamente se subió los pantalones y subió al cuarto de huéspedes. Me senté allí por un minuto, tratando de comprender lo que acababa de suceder, y luego me di cuenta de que era mejor que me fuera a la cama antes de que mi esposa volviera a bajar.

Cuando mi esposa regresó a la cama, se rió y dijo― ¡Acabo de ver el trasero de Ricardo! Creo que iba a usar el baño al mismo tiempo que yo, pero actuó de manera extraña. Estaba parado ahí con sus pantalones cortos abajo, mirando hacia la puerta... no sé…

Actué como si estuviera durmiendo, ya que no debe haberse dado cuenta de que no estaba en la cama con ella antes de ir al baño. Murmuré― Quizás estaba caminando dormido.

― ¡Sí, probablemente era eso! ―dijo y luego se volvió a dormir.

Estaba con mi esposa en la cama después de haberme metido una gran carga de semen directamente en la boca desde la polla de un tío. Nunca estuve tan caliente en mi vida, me sentía como una puta y eso me excitó. Quería hacerlo de nuevo, ¿pero cómo iba a tener esa oportunidad de nuevo? Necesitaba ser discreto y no podía dejar que mi mujer supiera que quería chupar pollas.

A la mañana siguiente, mi esposa fue a trabajar y se levantó temprano. Se duchó, se vistió y se acercó para darme un beso de despedida, y mientras se inclinaba y me besaba, rápidamente saltó hacia atrás y dijo― ¿Qué demonios es eso en tu bigote, mocos o qué?

Levanté la vista y pude verla limpiándose la corrida de Ricardo de sus labios, ya que tenía un goterón de ella aún en mi bigote del que no me había dado cuenta.

Se lamió accidentalmente los labios y dijo― No como mocos, pero saben demasiado salados para ser mocos―Me miró confundida y luego dijo―Tengo que ir a trabajar. Te quiero ―Luego se fue.

Salté de la cama para mirarme en el espejo y allí había de semen pegado en mi bigote. Iba a limpiarlo, pero en lugar de eso usé mi lengua para quitarlo. No sé por qué lo hice, pero me gustó mucho el sabor y deseaba tener más. ¿Qué me estaba pasando? Hace sólo un día, nunca había pensado en chupar una polla, pero ahora, me preguntaba cómo conseguir mi próxima dosis. Entonces recordé que Ricardo estaba durmiendo arriba y pensé que tal vez podríamos hacer una repetición.

Mi amigo bajó las escaleras una hora más tarde y actuamos como si nada hubiera pasado. Ambos estábamos nerviosos por lo que el otro pensaba. Entonces tuve que decirle― ¿Disfrutaste anoche?

Él se rió y dijo― Si, fue la mejor mamada que he tenido en mucho tiempo.

Entonces empecé a decirle que mi esposa no sabía lo que estaba haciendo cuando le vio y que pensó que estaba caminando dormido. Suspiró aliviado, ya que temía que ella lo descubriera. Le dije que no se preocupara porque pensaba que estaba en la cama con ella antes de que se levantara y puede que piense que es un poco raro, pero eso es todo.

En ese momento, le dije― ¿Quieres otra mamada antes de que te vayas?

― No soy gay, ya sabes ―dijo.

― Yo tampoco, pero si quieres una yo estaría más que dispuesto, no tienes que hacerme nada ―Le dije.

Parecía relajarse después de que yo lo dijera porque creo que le gustaba mucho recibir las mamadas pero no quería corresponder, lo cual estaba bien para mí.

Le hice a Ricardo dos mamadas más antes de que se fuera, y entendimos que esto iba a ser la norma cuando nos reuniéramos. Creo que a él y a mí nos gustó la idea ya que yo quería chupar y él quería ser chupado, una amistad perfecta.

Para colmo de males, más tarde, esa misma noche, mi esposa llegó a casa y cenamos, vimos un poco de televisión y luego nos fuimos a la cama. Luego se dio la vuelta y me preguntó cómo fue la visita de Ricardo.

Le dije― Bien, y que tal vez no lo veamos de nuevo hasta el año que viene por la misma época. ¿Te parece bien si se queda aquí de nuevo entonces?

― Claro ― Dijo y luego empezó a contar de cómo vio el trasero de Ricardo en el baño y las dos empezamos a reírnos. Luego se levantó y dijo― Ya vuelvo, tengo que ir al baño.

Un par de minutos después volvió a la habitación con una mirada de extrañeza y preguntó― ¿Por qué crees que Ricardo estaba usando el baño de abajo cuando su habitación estaba justo al lado del baño de arriba?

Me dio un escalofrío porque ya estaba empezando a juntar las piezas, y es muy buena resolviendo rompecabezas.

Luego siguió diciendo― Estaba tratando de averiguar por qué estaba de cara a la puerta cuando estaba cerrada. Cuando acabo de ir al baño me di cuenta de que todavía no has puesto las manijas de la puerta, así que había un agujero en la puerta justo donde él estaba parado. ¿Qué crees que estaba haciendo? Parecía sorprendido y actuó de manera extraña, por el segundo que tuve la luz encendida.

Luego se sentó en la cama y dijo― ¡Oh Dios mío! ¡Estaba follando con la puerta!

Estaba helado y toda la sangre se me había ido de la cabeza. Fue entonces cuando dije la cosa más estúpida― ¿Qué, por qué alguien querría follarse un agujero de puerta?

― Quizás había algo del otro lado.

Ahí fue cuando dije― ¡Hora de dormir!

― Espera, un minuto... ahora que lo pienso... te emborrachaste mucho anoche, ¿no? No estabas en la cama conmigo antes de que fuera al baño anoche, ¿verdad? ―dijo ella.

Yo estaba tropezando con las palabras y dije― ¿De qué estás hablando?

Luego me miró a la cara, me agarró las mejillas y me dijo― Le hiciste a Ricardo una mamada anoche... ¡Lo hiciste! No se estaba follando a la puerta, se estaba follando a tu boca de borracho... ¿no? Sé que lo hiciste, porque todavía tenías su semen en tu bigote esta mañana. ¡Oh, Dios mío! Lo lamí y probé la corrida de Ricardo... ¡¡¡¡Puaj!!!!"

Me acosté en la cama, preguntándome cuál sería la siguiente cosa que saldría de su boca y si todavía iba a tener una esposa en cinco minutos.

Luego se sentó allí en estado de shock sacudiendo la cabeza una y otra vez, y casi orgullosa de sí misma por darse cuenta con una sonrisa en la cara― Sabía que algo estaba pasando, por la forma en que estabas actuando. Así que lo hiciste, ¿no? ¿No lo hiciste?

Le chupaste la polla a Ricardo a través del agujero de la puerta del baño anoche y él se corrió en tu boca, bueno la mayor parte de todas formas, el resto me lo dejaste en tu bigote... Bueno, tienes mucha suerte de que estuvieras borracho y no tuvieras sentido común, porque si alguna vez haces algo así de sobrio, ¡me iría en inmediatamente!

Mientras decía esto, yo estaba pensando en las otras dos veces que le hice una mamada a Ricardo y no estaba borracho. Le dije― Tienes razón, estaba tan borracho que no me di cuenta de lo que estaba haciendo hasta que terminó. Creo que Ricardo tampoco se enteró.

Luego comentó justo antes de darse vuelta para irse a dormir― Cuando dije que te divirtieras con tu amiguito de juegos, no quise decir que le chuparas la verga, y por cierto, Ricardo no se va a quedar aquí el año que viene a menos que yo pueda verlo.

Salté y dije― ¿Qué…?

Anónimo

Otro relato ...




Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidos

Y si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.

Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí.