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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Hermana pequeña de mi esposa
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Fuimos a visitar a Chusi, la hermana pequeña de mi esposa, por Navidad. Sólo tiene veinticuatro años y se casó el año pasado. Es una verdadera dulzura, tiene unas tetas diminutas con unos pezones rosados grandes que sobresalen unos centímetros y un culo de morir.

Cenamos al llegar luego charlamos un rato antes de que nos mostraran el dormitorio de huéspedes donde íbamos a dormir. Oí a Chusi en el baño al otro lado del pasillo y pensé que me gustaría poder echar un vistazo allí y tal vez verla cambiándose el pijama, pero no tuve valor.

Nos acostamos a dormir y un tiempo más tarde desperté con el sonido de una conversación que venía de la sala de estar. Me levanté para ir al baño y orinar rápidamente y, mientras lo hacía, la conversación en la sala de estar era lo suficientemente fuerte como para entenderla. Me cerque a la puerta desde donde podía ver a nuestros anfitriones; Chusi y su esposo Jaime estaban disponiendo algunos regalos bajo el árbol de navidad, aparentemente parecían ser para mi esposa y para mí. Jaime sostenía un paquete de lencería Victoria's Secret con el que se burlaba de Chusi.

— ¿No se verá demasiado sexy tu hermana con estas bragas rosas? —Dijo Jaime burlándose de su esposa.

Chusi parecía menos que emocionada con el regalo de su marido. Creo que Chusi sabía que Jaime estaba loco por mi esposa Patricia. Entonces pensé que tal vez podríamos hacer un pequeño intercambio, pero solo seguí observando en silencio para ver qué pasaba después.

Chusi abrió el paquete y sostuvo las bragas en su mano— ¿Quieres que me las pruebe? —bromeó.

Sin esperar respuesta, mi cuñada se quitó la parte de abajo del pijama y brevemente vi su coño desnudo antes de que se pusiera las bragas rosas. ¡Qué mujer tan extraordinariamente sexy es! Sus pezones estaban apuntando frente a ella y su coño apenas estaba cubierto por las bragas destinadas como regalo para mi esposa.

Se abrazaron y comenzaron a besarse al lado del árbol de Navidad. Pude ver sus lenguas entrelazadas a la luz del fuego de la chimenea. Las manos de Jaime se movieron hacia el culo de Chusi y le cogieron las nalgas, apretándolas sensualmente.

— ¡Oh Jaime! —Oí decir a mi cuñada— ¡Dáme las bragas a mi hermana!

Jaime se apresuró a obedecer y se arrodilló ante su esposa y comenzó a bajarle las bragas despacio, exponiendo así su pequeño coño. Chusi levantó el pie y permitió que su esposo le quitara completamente las bragas dejándola completamente desnuda. Se besaron de nuevo y pude ver la polla de Jaime endurecerse bajo los pantalones del pijama. Chusi puso de rodilla, sacó la polla de su esposo y comenzó a besarla y lamerla.

Me costaba mucho mantenerme viendo esta excitante escena. Entonces Chusi hundió la polla de su esposo en su boca en y comenzó a chuparla. Mientras yo miraba desde mi escondite pensé que la iba a follar por la dulce boca, pero Jaime la puso de pie y luego la empujó al sofá. Chusi separó sus piernas y pude verle, con una perspectiva perfecta, a su coño desnudo. Adornado con vellos rizados rojos, su coño era suave y rosa. Jaime se arrodilló ante ella y se inclinó para besarla en el coño. Chusi gimió cuando noto que la lengua de su marido tocaba su clítoris. Abrió aún más las piernas y le pidió a su marido que se lo lamiera todo. Jaime lo hizo dándole a la hermana pequeña de mi esposa una larga y dulce lamida desde el culo hasta el clítoris.

Jaime entonces dio vuelta a Chusi poniéndola sobre sus rodillas y se preparó para coger a su joven y caliente esposa mientras yo miraba escondido. — Cabrón con suerte — No pude evitar decir para mí mismo. La polla de Jaime penetró en el pequeño coño de Chusi y entrando casi toda de un solo golpe.

— ¡Oh Jimmy, es tan rico! —Jadeó ella— ¡Fóllame ahora....fóllame muy bien, cariño!

Jaime hizo lo mejor que pudo para cumplir el deseo y de su hermosa y joven esposa. Vi los pezones de Chusi sacudiéndose mientras su marido la cogía con todas sus fuerzas hasta que este gimió de placer — ¡Oh, aquí vengo Chus...!

— ¡No, Jaime! —Respondió ella— ¡En mi coño no! No tomo la píldora.

—Demasiado tarde, nena.

Pero no era tan demasiado tarde. Chusi sacó rápidamente la polla en plena erupción de su marido de su coño bien follado y lo empujó hacia arriba, hacia el pequeño apretado agujero de su culo. Con Jaime chisporroteando detrás de ella, Chusi sacudió todo el semen en su pequeño y prohibido culo. Salpicadura tras salpicadura de semen aterrizó en su arrugado pequeño agujero trasero mientras Jaime gemía en éxtasis detrás de ella.

Tuve que escabullirme rápidamente al dormitorio de invitados. A la mañana siguiente, mi esposa se sintió avergonzada cuando abrió el regalo de Victoria's Secret. Yo ya estaba demasiado excitado y no podía esperar para follarme a mi esposa con las mismas bragas que habían iniciado el encuentro la noche anterior.

Luis C.

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