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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Bikini amarillo
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Estaba sentado en mi coche, en la oscuridad del tercer nivel del aparcamiento de nuestro edificio de oficinas. Me quejé cuando cerré los ojos. Luego miré el corte de pelo corto y oscuro de Samuel. Su cabeza se movía de arriba a abajo por mi polla dura, chupándomela, haciéndome disfrutar de una de las mejores mamadas que un hombre gay puede hacer.

― ¡Oh, chico...! naciste para ser un perfecto chupapollas... ―susurré.

Samuel era uno de los más jóvenes de la oficina. Mi jefe era su tío y quería al mejor para entrenar a su sobrino. Así que me había elegido a mí, para entrenarlo bien, incluyendo el buen sexo oral.

El chico tenía un aspecto muy masculino; pero era un perfecto gay, que amaba sobre todo chupar pollas. Unos tres meses después, había descubierto las alegrías del juego sexual, por lo que Samuel estaba actualmente chupando mi polla regularmente.

― ¡Oh! joder, nene, esto es tan bueno ―Siseé mientras él seguía chupándomela.

Samuel me miró y sonrió, dejando que mi polla se le saliera de la boca y girando su lengua alrededor de la cabeza antes de volver a bajarla.

― ¡Oh, muchacho!... Me estoy acercando... ―Le advertí.

Samuel entonces se sacó la polla de su boca y acarició la cabeza con la lengua.

― Algo sucedió hoy temprano... ―Le dije.

Samuel dejó de acariciarme y preguntó― ¿Qué fue?

― ¡Oh, no, no! no te atrevas a parar; hazme correrme y te lo diré...

El chico reanudó sus caricias y finalmente metió mi dura polla profundamente en su húmeda boca. Me sentí cada vez más cerca; cuando de repente, el golpe y los flashes de lo que vi corrieron por mi mente mientras llenaba la suave boca de Samuel con mi cálido semen.

― Eso se sintió tan bien... buen chico ―dije; mientras Samuel dejaba que me relimpiara la polla. Luego se le limpió los labios con la lengua y me preguntó qué había pasado.

― Bueno... se trata de Catalina... ―Susurré en voz baja.

― ¿Catalina... mi madre...? ―Peguntó Samuel abriendo desmesuradamente los ojos.

― Sí, tu sexy madre... ―respondí.

Catalina es una mujer sensual, es una madre joven, de pelo rojo, un cuerpo asesino, un par de piernas largas para morirse y una hermosa y cálida sonrisa.

― Esta mañana estaba en la piscina del club de golf, tratando de refrescarme, cuando tu madre Catalina llegó...

Samuel me miró, como si me rogara que continuara la historia.

― Tu mamá se veía muy bien. Llevaba un bikini amarillo muy pequeño, que apenas cubría los rosados labios de su coño y sus pezones endurecidos. Podía verse todo...

― ¿Qué quieres decir? ―Preguntó nuevamente Samuel mientras tragaba saliva.

― Pude ver sus oscuros y duros pezones y el gran bulto de su coño…

Extendí la mano y empecé a frotar la polla de Samuel a través de los pantalones. Luego se quejó, mientras le bajaba los pantalones, sacando su polla dura.

― Me encantó su pequeño bikini amarillo... era tan jodidamente sexy... ―Susurré.

― Lo sé, hombre... mi madre es realmente una perra muy caliente... ―Dijo mientras le acariciaba su gruesa polla, notando lo duro que estaba ahora en ese momento.

― Me puse totalmente duro cuando la vi, tuve que darme la vuelta sobre mi estómago...

― ¡Chúpamela, por favor!... no puedo esperar más ―suplicó Samuel.

Me incliné y empecé a lamer alrededor de su cabeza mojada, disfrutando del sabor. Rápidamente tomé la enorme cosa en mi boca, tragándomela hasta el fondo.

― ¿Alguna vez te has follado a mi madre...? ― Me preguntó de repente.

Me reí, diciéndole que hoy había sido la primera vez.

Había visto a Catalina ir al baño de mujeres y la había seguido hasta que yo también entré en el lugar. Catalina me vio y jadeó sorprendida; pero yo la empujé y la hice inclinarse sobre el lavabo. Luchó conmigo un poco, pero finalmente le agarré las caderas con firmeza y mantuve su firme cuerpo sexy. Luego le bajé la parte inferior del bikini hasta las rodillas y me las arreglé para meter mi polla dura en su delicioso coño por detrás― Tu mami caliente gritó como una perra; pero le encantó...

Seguí chupando la polla del joven mientras disfrutaba de mi historia. De repente dijo, casi rogando, que siguiera hablando. Me saqué su polla de la boca y se la acaricié, hasta que finalmente disparó su semen pegajoso a mi mano.

― Me follé su coño mojado, chico, y estaba bastante apretado... Mientras me la follaba, le dije que aquel bonito coño estaba tan apretado y la zorra de tu madre se jactó diciendo que su culo estaba aún más apretado. Así que la saqué y rápidamente metí la dura cabeza de mi polla dentro de su pequeño capullo del culo. La perra tenía razón; estaba muy, muy apretada allí y gritaba fuerte mientras yo luchaba por meter toda mi polla en su bonito anillo anal. Finalmente conseguí meter mi polla por completo, mientras tu madre seguía gimiendo de dolor. Pero no mostré piedad mientras le follaba el ano con toda la fuerza. Tu sexy madre se puso cachonda mientras yo la sodomizaba... ― Dije riéndome de Samuel.

― Sí, tío... sé que mi madre es jodidamente sexy... ―siseó entre dientes― Pero ahora, déjame que te cuente acerca de tu sexy esposa cuando se pone su diminuto tanga amarillo y se baña en la piscina, mientras yo trabajo en el césped de tu jardín...

Anonimo

Otro relato ...




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