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La Página de Bedri
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Un hermoso y soleado sábado de otoño con un toque de frescura en el aire, pero no hace realmente frío, lo que es bueno para Vicky porque se ha acostumbrado a no llevar ropa en la propiedad. Independientemente de donde esté en su propiedad de más de veinte hectáreas rodeada por una granja, su desnudez es segura. Desde que se hizo amiga íntima de los dueños de la granja, Enrique y Juli, no se ha preocupado por su desnudez. Incluso yendo de su casa a la casa vecina de Enrique y Juli lo hacía a menudo desnuda. Vicky también había conseguido que Juli, mayor que ella pero igualmente muy juguetona, compartiera su preferencia por la desnudez. Juli tenía que considerar los momentos cuándo los trabajadores de la granja se iban a sus casas. Pero por todo lo demás había adoptado la postura de Vicky sobre la desnudez. Especialmente cuando estaba con Enrique y José y doblemente especialmente cuando estaba con los "chicos", Duque y Sultán, los dos perros y amantes de Vicky. En esta fatídica mañana de sábado de otoño, Vicky se llevó una sorpresa grosera y aterradora.

Ese sábado comenzó como otros, José estaba durmiendo recuperándose de lo que había sido una dura semana de trabajo. Vicky se levantó a su hora habitual, que es un poco después del amanecer. Le gustaba especialmente la tranquilidad y la paz de la madrugada y el campo era aún más tranquila y pacífica. Desnuda, se llevó su taza de café al patio y se sentó en la mesa que daba a la propiedad de atrás. Cada mañana y cada día que salía desnuda agradecía esta maravillosa tierra que José heredó de su tía. Al estar la casa bien apartada de la carretera, con un camino que era esencialmente un callejón sin salida desde la entrada de casa Enrique y Juli, significaba que incluso en la parte delantera podía estar desnuda. El resto de la propiedad era tierra sin cultivar, rodeada de pastos, arbolado y con un arroyo y bosques a los lados y detrás. Estaban aislados de los demás, excepto de los que eran bienvenidos a su casa. Y la distancia al pueblo significaba que la mayoría de la gente les llamaba por teléfono para asegurarse de que Vicky y José estuvieran en casa. Eso era ideal para su modo de vida. También significaba que ella no se preocupaba por cuándo o dónde tenía sexo. Incluso con los perros en la parte trasera. Ella y Juli se habían apareado frecuentemente con los perros de la parte de atrás sin ninguna preocupación o inquietud.

Esa mañana tomó una segunda taza de café y salió a la huerta e inspeccionó el jardín. Había pasado parte de la semana limpiando una gran parte del jardín pero todavía había algunas cosas por acabar. La principal tarea de José para hoy sería roturar la parte dedicada a jardín. Vicky bajó su taza momentáneamente y clavó una estaca con una flecha apuntando a la izquierda. Al tomar su taza, verificó la ubicación. Como la mayoría de los hombres con una esposa jardinera pero poco interés por sí mismos, necesitaba una señal explícita sobre qué hacer y dónde o quedaba inmóvil por miedo a hacer algo mal. Así que, con el tiempo, habían desarrollado un procedimiento para dejar claras sus tareas. La estaca con la flecha significaba que todo lo que estaba a la izquierda debería ser roturado. Los viejos tallos y recortes se convertirían en mantillo para el suelo. Sabía que se haría por la mañana porque más tarde interferiría con algún partido de fútbol.

Con el trabajo de José planeado, evaluó su día, al huerto le vendría bien un poco de limpieza, pero la mayor parte aún seguía produciendo. Pensó que le gustaría leer el nuevo libro que se descargó en su e-book.

Pero, mientras trabajaba en todo eso, también estaba siendo empujada por dos narices mojadas. Los perros, Duque y Sultán, estaban muy bien entrenados y se comportaban bien, pero también entendían las reglas del patio y de la casa. Y las reglas eran que Vicky desnuda era un juego para ellos. Había días en que entre los perros y José, tenía un macho acercándose a ella constantemente. No es que se haya quejado, estaba de acuerdo y quería ser accesible para todos ellos. Si no lo hacía, sólo necesitaba ponerse ropa. Pero rara vez tenía ropa puesta en casa.

Ese día no fue diferente, así que cuando los perros empezaron a meterle las narices en el culo y la entrepierna, ella sabía lo que iba a pasar y estaba más que dispuesta. Había estado entrenando a estos perros por un tiempo y le encantaba la atención que recibía como resultado de estar disponible para ellos. Así que abrió las piernas y les dejó oler y lamer. Uno en el culo y el otro delante en el coño. Con las piernas abiertas, ambos tuvieron acceso a ella y estuvo lista para aparearse en minutos. Se alejó de ellos hacia la hierba más espesa y se arrodilló para comprobar su preparación. ¿De qué estaba preocupada? Ambos ya estaban lo suficientemente preparados como para comenzar la unión. Una vez dentro de su cuerpo recibirían toda la estimulación extra que necesitarían para formar esos maravillosos nudos.

Se puso de rodillas y se ofreció, sin importarle qué perro se le acercaría primero. Aunque Duque era el más viejo y su primer perro, no había jerarquías entre ellos. Ambos sabían y entendían que la mujer era de los dos por igual. Sultán fue el primero en levantarse y ponerse con sus patas delanteras alrededor de su cintura, tirando de él hacia ella y de ella hacia él. Él la empujó, pero ella tenía su mano entre las piernas para proporcionar la poca guía que estos dos amantes necesitaban. Una vez dentro de ella, la empujó con fuerza. Enterrándose hasta la envoltura. Ella noto el pelo alrededor de su vaina mientras él la montaba con fuerza y rapidez. En minutos pudo notar su polla creciendo en longitud y grosor. Cada empujón hacía que su coño la notara más adentro y más lleno. Se sintió en tan buen lugar esta mañana que no tenía prisa. Podrían quedarse ahí follada todo el día si los perros quisieran. Estaba justo en el momento, relajada y llena de uno de sus amantes perros. ¿Qué mejor manera de empezar un hermoso día?

Pronto notó el nudo chocando contra los labios de su coño, presionándolos para entrar, para que se abrieran más. Ella también quería eso. Al diablo con la relajación, el nudo lo borró todo. El nudo es puro placer, tal vez con un poco de dolor al principio, pero luego, todo placer. Ella empujaba como él. Movió su trasero, como había aprendido de la multitud de penetraciones que había tenido, para ayudar a mover el nudo en su vagina. Suspiró y jadeó fuertemente mientras el nudo se introducía. Ambos se detuvieron y se reajustaron y luego Sultán comenzó de nuevo, más fuerte y más rápido. El nudo se deslizó completamente dentro de ella. Mientras sentía a Sultán tenso y mintiéndole la polla, empujó hacia atrás con fuerza y luego trató de alejarse de él. No pudo, por supuesto, porque estaban atados. Pero el tirón hizo que el nudo incidiera en su punto G y un orgasmo atravesó su cuerpo. Gritó con lujuria y dejó caer su cabeza y sus hombros en la hierba, sus piernas temblaban mientras Sultán terminaba lentamente de brotar dentro de ella. Tenía semen saliendo del coño y corriendo por sus muslos. Metió una mano por debajo de ella y pasó un dedo por un muslo, se lo llevó a la boca y lo chupó ruidosamente hasta dejarlo limpio. Se sentía muy pervertida cada vez que lo hacía. Aunque, no tan pervertida como cuando la folló aquel cerdo...

Iban a estar atados durante unos diez minutos, así que empezó a mecerse de un lado a otro. Podía mantener el estímulo de su orgasmo o incluso obtener otro pico si podía masajear su punto G lo suficiente. Pero de cualquier manera, disfrutaba de las continuas placenteras sensaciones.

Después de que la polla de Sultán se encogió lo suficiente como para salir de su coño, derramó un chorro de esperma por el enorme agujero. Duque se acercó de inmediato y comenzó a lamer el agujero abierto. Luego, afortunadamente para ambos, también la montó. Aunque ella no quería tener favoritos entre ellos, Duque fue el primero que la montó y por alguna razón le daba un poco más de placer. Sin embargo, ella quería a ambos. Pero, como con Sultán, también gritó con la felicidad orgásmica que le proporcionó Duque. Cuando Duque pudo soltarse, vio a José sentado en el patio con su café que saludaba con la mano. Vicky fue donde su esposo que le sirvió otra taza de café y ella se sentó con él.

Él le dijo― ¿Disfrutando del aire de la mañana, cariño?

―En realidad estaba revisando el jardín para saber qué roturar. Entonces, bueno... ya sabes... bueno los chicos... pueden ser bastante convincentes. Al terminar mi café me propuse ir a correr, ¿Quieres acompañarme?

― Gracias cariño, pero no me siento tan enérgico. Estaré aquí cuando termines y me encargaré de cualquier energía sobrante que puedas tener.

Vicky entro a la casa y regresó con sus zapatillas de deporte, y eso fue todo lo que llevaba puesto. Había descubierto que correr alrededor de veinte hectáreas era una buena distancia. No necesitaba salir a las carreteras ni los caminos de los alrededores. Y, al quedarse en la propiedad, no necesitaba vestirse. Además, sabía que a José le encantaba verla correr con su pecho rebotando y balanceándose. No era rápida en absoluto, pero el ejercicio hacía maravillas para mantenerla en forma y además, reforzaba su bronceado.

Abandonó el patio y se dirigió a la parte de atrás, saludó a José y empezó a correr. Lentamente, aumentó el ritmo y al subir la primera cuesta se sentía suelta y fluida. Pensó que sería una buena carrera. Podía sentirlo, un hermoso día, una ligera brisa y un cálido sol.

Lo que no sabía es que sus anteriores gritos durante sus orgasmos con los perros habían atraído la atención de una pareja de cazadores que habían estado en la propiedad de Enrique y Juli y ahora estaban dentro de los árboles al lado de su camino. La habían visto con los perros y no pudieron superar la idea de una mujer cogiendo con perros al aire libre. Si ella hacía eso, debería estar dispuesta a hacer cualquier cosa. Habían observado y escuchado y no habían oído o visto a nadie más. Desde su posición, sin embargo, nunca podrían haber visto a José encorvado en la silla en el patio detrás de los arbustos que bordean el patio. Todavía estaban allí cuando Vicky llegó a la cima de la colina baja y siguió el camino que la llevaría justo detrás de ellos. No tenían intención de hacer más que mirar cuando la oyeron. Pero miraron y la vieron con los dos perros y luego se fue fuera de su vista. Estaban asombrados por lo que habían visto pero... cuando la misma mujer salió corriendo, todavía desnuda excepto por sus zapatillas quedaron hipnotizados y atónitos de verla viniendo directamente a ellos.

Aturdidos por la visión de Vicky corriendo desnuda hacia ellos, o hipnotizados por lo mismo, podrían haber vuelto a los árboles y continuar mirando, casi inocentemente. Pero no lo hicieron. Y todo fue terriblemente mal después.

Vicky estaba bajando por la ligera cuesta y se sentía bien y tan despreocupada como nunca antes. Se lleva sintiendo muy bien y despreocupada por bastante tiempo. Todas sus actividades con José, Enrique y Juli son magníficas. Su creciente relación con Juli es personal e íntimamente muy satisfactoria y reconfortante. Se sentía completa, amada y enriquecida en casi todos los aspectos de su vida. Pensaba en eso mientras sus piernas la llevaban con energía. Ella adoraba sentirse el cuerpo. Ya no era una mujer muy joven, todavía se sentía así y le gustaban las miradas que recibía de José y sus amigos, pero también de los extraños cuando salían y José se ponía juguetón y la desafiaba a mostrar su cuerpo. Le encantaba su vida sexual abierta y despreocupada.

Y de repente, ese sentimiento se le escapó cuando cayó aplastada en el suelo. Ni siquiera empezó a comprender lo que acababa de pasar hasta que notó un cuerpo sobre ella y a dos hombres hablando urgentemente. Dos, sí, dos hombres, la estaban tocando, por todas partes. La hicieron rodar y la sujetaron. Ella gritó al darse cuenta de que estaba a punto de ser violada por estos hombres. La mirada en los ojos de los dos era horripilante, amenazadora y peligrosa. Mientras uno mantenía sus brazos y hombros en el suelo, el otro le abría las piernas y metía su mano entre ellas y dos dedos en su coño. Los metió completamente. Vicky gritó de nuevo y recibió un puñetazo en su mandíbula. Estaba aturdida, nunca había sido golpeada por un hombre. Sólo conocía a hombres cariñosos, considerados y educados. ¿Cómo podía ser tratada de esta manera? Pateó con energía, estaba decidida a no dejar que aquello pasara. Adoraba el sexo pero nadie iba a tenerlo con ella sin su consentimiento. Una mano se deslizó de su boca otra vez y gritó tan fuerte y largo como pudo. Fue abofeteada de nuevo y vio al que estaba entre sus piernas bajando los pantalones― ¡No! ―gritó Ella. Pero todo lo que podía oír era su propia respiración, sus quejas, sus propios jadeos, y su voz maldiciéndolos.

Entonces se dio cuenta de que el que estaba entre sus piernas ya no estaba allí. Entonces escuchó un gruñido y chasquido de los dientes. El que había estado sujetándola por los brazos y hombros estaba retrocediendo. Duque y Sultán estaban enfrente de los dos hombres. Duque tenía a uno de ellos sujeto por la pierna y Sultán hacía retroceder el otro mientras se acercaba gruñidos con sus dientes expuestos. Vicky se puso de rodillas y al ver las escopetas cerca de ella cogió una y se puso de pie sobre la otra. Mira el arma y llamó a los dos perros. Ambos se acercaron a ella y se sentaron a su lado. Les mostró el arma a los hombres y les dejó ver como quita el seguro y carga un proyectil. Apunta a los hombres y pone el dedo sobre el gatillo. Ambos hombres lloran y gimen, suplicándole que no les dispare. Repentinamente, el arma es levantada al aire por José que llega apresurado. Vuelve a poner el seguro y sin dejar de mirar a los hombres le dice a Vicky― ¿Vicky? ¡Vicky, mírame! Quiero que vuelvas a la casa. Llama a Enrique y dale información aproximada y pídele que él y Juli vengan inmediatamente. Haz que llame a la policía, conoce personalmente a casi todos. Y ponte algo de ropa ¡Ahora, Vicky, vete! Tendré a estos aquí hasta que llegue Enrique. Mantendré a los perros conmigo. ¡Apúrate!

Vicky volvió corriendo a casa y llamando a Enrique y Juli. Una vez que hizo la llamada, se puso unos vaqueros y una camiseta, con bragas y sujetador. Al volver a ponerse los zapatos, se sorprende al ver a Juli en el patio con Enrique subiendo por la cuesta con su camioneta. Momentos más tarde regresan con los hombres. Juli tiene a Vicky entre sus brazos pero José no puede ver mucho más que eso. No hasta que esté mucho más cerca del patio. Y mientras se acercan, llega la policía y una ambulancia. El patio delantero quedó lleno de vehículos.

El jefe de la policía está hablando con Enrique, que le está transmitiendo los hechos tal y como los conoce para dar a Vicky y José una oportunidad de recuperarse. Mientras José se acerca a Vicky y Juli, ve los ojos de Vicky y cómo la sostiene a Juli que lo mira, y sacude la cabeza y continúa acariciando a Vicky, susurrándole y besándola. José toma a ambas en sus brazos y las reconforta a ambas. Su esposa, que parece haberse ido, está tan retraída que no responde, sólo solloza y se agita y se aferra. Vicky hace un movimiento de cabeza y finalmente se da cuenta de José y suelta a Juli, aplasta a José en sus brazos, aferrándose desesperadamente a él. Comienza a sollozar preguntando por qué, por qué, por qué...

Enrique se acerca a José y le dice que tienen que hablar un minuto. Además, el personal médico necesita examinar a Vicky. José le devuelve a Vicky a Juli y con los médicos entran en casa. Dos policías han separado a los dos hombres y los están vigilando. Otros dos han ido a ver el lugar del ataque. José encuentra un nuevo hombre que se presenta como el fiscal. Enrique realmente tiene buenas conexiones.

Vicky pudo hacer una declaración que junto con la de José armó un caso para el fiscal. Como Vicky declaró que no había habido penetración por sus penes, sino con sus dedos, el examen físico fue superficial, lo cual fue un alivio para Vicky, después de todo, acababa de follarse a los perros. Durante las siguientes semanas el caso se avanzó rápidamente y los dos hombres se declararon culpables para evitar el juicio en su pequeña comunidad. Cumplirían algún tiempo en la cárcel tras lo que tendrían mucho servicio comunitario y perderían sus armas.

Pero, si esa parte fue oficialmente cerrada, la capacidad de Vicky para enfrentarse a lo sucedido no pudo hacerlo.

La confianza de Vicky en su entorno, su sensación de seguridad y su disfrute de la desnudez en el exterior fueron eliminados. Empezó a pasar sus días dentro de la casa, y siempre vestida. Ya no tenía ningún interés en las actividades de las que había disfrutado tanto, dentro o fuera de casas. Estando siempre vestida ya sea dentro o fuera, los perros estaban confundidos e inseguros. Aunque los perros iban junto a ella durante el día o la noche, ella solo les trababa como mascotas y les acariciaba las barrigas pero no les trataba como estaban acostumbrados. José le daba mucho espacio y no la presionaba y el sexo era inexistente ahora. Enrique y Juli venían de visita o a cenar pero todo era puramente social. Todos le daban su apoyo y amor, y esperaban. Dos semanas después del ataque, no había ningún signo de cambio en ella.

Ella se estaba cuestionando todo en su vida. No a José, ni a la amistad con Enrique y Juli. Pero si cuestionando su otra vida y la sexualidad con Enrique y Juli, con los perros, y ciertamente con otros animales y aún más exactamente el lado comercial del sexo con los perros. Se sentía desgarrada por el pensamiento de que los perros la habían salvado. Pero, fue toda la relación con los perros y el hecho de que estuviera disponible para ellos estando desnuda lo que la puso en una situación vulnerable. Se sentía violada, y de alguna manera, incluso eso la confundió. Era tan sexy, tal vez no hasta el punto de su amiga más joven Mica, pero disfrutaba de estar desnuda, expuesta, del contacto sexual con José y Enrique, y mucho con Juli últimamente, definitivamente los perros varias veces al día con frecuencia, incluso los caballos una vez. De alguna manera, ser tocada de esa manera por aquellos hombres tuvo el efecto en ella como si fuera virgen. Incluso a ella le pareció extraño. Pero la sensación era real y estaba allí.

Pero los tres, José, Enrique y Juli, la apoyaron y no le presionaron. La escucharon en grupo o por separado, sin discutir ni contradecirla, solo dejándola hablar, dejándola hacer preguntas que les diera la oportunidad de ofrecerle ideas, alternativas, otras opciones. Esto le permitió a Vicky sufre con sus conflictos, sus luchas internas. Los tres, sin embargo, veían con optimismo justificado sus avances. Conversaciones y visitas que Vicky les pedía con más frecuencia. Conversaciones y análisis que ella estaba iniciando con su apoyo y colaboración. Más de un mes después del ataque, Vicky comenzó a dedicarse un poco de humor auto dirigido. Se hizo más juguetona y estaba más relajada, dispuesta a realizar actividades fuera. Aunque seguía estando completamente vestida, pasaba más tiempo afuera en el jardín y jugando con los perros, pero sólo alrededor de la casa.

Juli comenzó a llevar a Vicky a pasear a caballo completamente vestida. Se convirtió en una actividad casi rutinaria que sucedía, más o menos, cada dos días. Cabalgaban por gran parte de la granja, revisando el ganado con los trabajadores, dando paseos tranquilos o yendo al estanque para hablar. Pero, Juli también se aseguraba de que también recorrieran todo el perímetro alrededor de la propiedad de Vicky y José. Juli también llevó intencionadamente a Vicky a lo largo de la carretera permitiéndola verse reforzada por la cerca de alambre de púas alrededor y los letreros de "¡No pasar!" colocados en forma bien visible.

Juli entonces comenzó a llevarla en largas caminatas alrededor de la propiedad de Vicky. Llevando a los perros y a menudo algún bocadillo y bebida para largas charlas en el campo. Ella y José habían planeado todas estas actividades para reintroducir lentamente a Vicky a las maravillas y placeres de la vida en el campo. José le decía frecuentemente a Juli cuánto le debía por dedicarle tanto tiempo a Vicky. Y se disculpaba con Enrique por mantener a su hermana fuera de la granja cuando había tanto que hacer allí. Ambos, aunque de manera auténticamente amistosa, rechazaron cualquier preocupación de ese tipo. También estaban preocupados por Vicky y querían que volviera a ser como la conocían. La mujer que había revitalizado sus vidas y dado nuevas energías sus vidas sexuales en sentidos y formas que ninguno de los dos podía haber imaginado antes. Pasar tiempo con Vicky fue un agradecimiento a ella por todos aquellos momentos que ella les había dado

Durante las siguientes semanas pareció arrancar a Vicky de sus defensas lo suficiente como para darles a todos, incluyendo a Vicky, algo de esperanza. Ahora caminaba por la propiedad con los perros, pero se mantenía vestida siempre y siempre en jeans cuando estaba en la propiedad. Dentro y alrededor de la casa podía ponerse pantalones cortos o faldas.

Entonces le dio una señal muy esperanzadora a José. Vicky había estado buscando en su interior. Y una noche no pudo encontrarla en ninguno de sus lugares habituales en casa. La encontró en la cama, demasiado temprano para ella, pero podría estar cansada, pensó. Después de todo debe haber todavía mucho desasosiego. Ella ha podido estar montando a caballo hasta lejos, dando un largo pases, trabajando de nuevo en el jardín. Así que, ¿por qué no? A él también le vendría bien dormir. Se aseguró de que los perros estuviesen en la perrera, cerró la casa y se dirigió a la cama. Se puso el pijama y se subió silenciosa y cuidadosamente a la cama. Acostado de espaldas, se estiró y suavemente puso su mano en la cadera de Vicky sobre las sábanas. No dormía, sabía que no iba a hacerlo. Su mente estaba repasando todo lo que Vicky había compartido últimamente con él, y sus conversaciones con Juli. Buscando en cada rincón para tener una oportunidad para poder tratar de ayudarla a volver de aquella experiencia. Las cabalgadas, los largos paseos y las charlas con Juli, la nueva valla y los carteles, la vuelta al trabajo en el jardín, todo ayudaba. Y cada vez que sentía que estaba dando los pasos adecuados para ella se sentía afortunado. Especialmente por tener amigos tan maravillosos que le dedicaban tanta energía. Además, estaba convencido de que la edad le ayudaba. Tener la edad suficiente para ser sus padres podría darle a Vicky un efecto de apoyo maternal de comodidad y aceptación.

Mientras pensaba en estas cosas se sentía afortunado porque se recuperara aunque fuera lentamente. Entonces, Vicky se movió y se giró hacia él. Levantó su mano y estaba a punto de colocarla de nuevo sobre ella cuando se dio cuenta de que se movía hacia él. Giró la cabeza y miró en la oscuridad. Gracias la luz de la luna que entraba por la ventana abierta pudo ver unos ojos brillantes y un rostro radiante. Cuando ella se envolvió alrededor de él notó que estaba desnuda. Presionó sus pechos contra su pecho desnudo. Su mano se movió por su estómago y su pecho hasta su cara. Llegó a sus labios y lo besó suavemente.

― Hola, guapo. ¿Está ocupado este lugar?

― Sí, lo está. Pero parece que puede haber sitio para los dos.

Ella lo besó de nuevo y con más pasión― Gracias, José, por ser tan paciente y comprensivo y cariñoso y confiando en mi amor por ti. Siento que me esté llevando demasiado tiempo. No puedo explicar las emociones, la confusión, el sentimiento de pérdida― Vicky puso su barbilla en el pecho de su esposo y continuó― Si esto me está pasando a mí, con toda la experiencia sexual que tengo, no puedo ni imaginar lo que una chica inocente y virgen, pasaría después de algo así― Estuvo en silencio por un tiempo, sólo mirándolo― José, honestamente, ¿crees que estoy exagerando con esto? ¿He hecho demasiado de esto?

― Son tus sentimientos, Vicky, son tus honestos sentimientos y tus reacciones. No eres el tipo de persona que se regodea en la autocompasión o busca atención jugando con las emociones. Tu reacción emocional es solo tuya, no se puede negar. Pero no te vistas de falsa felicidad con actividades para distraerte. Las emociones se tienen por una razón, una razón que está muy dentro de ti. Y esas emociones deben ser confrontadas, analizadas, identificadas y tratadas. Tú estás haciendo eso, lo estás analizando, Vicky, y estoy muy orgulloso de ti. Todos lo estamos, Enrique y Juli lo están. Te tocaron, te golpearon, abofetearon, abusaron de ti y te penetraron. Tu experiencia pasada no es relevante para ninguna justificación.

― Gracias, José. ¿Pero, puedo pedirte una cosa que no has dicho?

― ¿Qué es lo que no he dicho?

― No has sido tú, no… realmente he sido yo. Pero quiero oírte decir: "Cariño, quiero hacerte el amor". ¿Podemos hacer eso ahora?

― ¡Oh, Dios, Vicky! Te he extrañado tanto desde que esto sucedió. Pero recé para que volvieras alguna vez, pero necesitabas volver sin presión por mi parte. Sí, amor, sí, quiero hacer el amor. Pero... ¿estás segura de que estás preparada?

―Sí, José, estoy muy, muy segura. He estado pensando en este momento esta noche y en cómo te lo indicaría durante la mayor parte del día. Antes era algo muy natural para nosotros y de repente pareciera incómodo― Ella movió su mano por su estómago y él la besó en los labios mientras la mano se deslizaba por debajo de su cintura y le buscaba la polla, que se puso dura en el momento en que la mano empezó a bajar por su estómago― José, quiero que me devuelvas a lo que fuimos para que podamos volver a disfrutar de toda la vida y la maravilla que habíamos formado aquí. Esta noche será un comienzo, pero quiero que averigües cómo hacerme regresar el resto de las cosas. Y, José... pronto, amor. Quiero que sea pronto. Por favor, ayúdame.

―Sí, mi esposa, mi amor. Esta noche será nuestro primer paso. Y ya tengo una idea sobre los demás.

Con una mano apartó la sábana que los cubría, tiró de ella y la puso encima de él, la envolvió con sus brazos, abrazándola, acariciándole ligeramente la espalda, besándola suavemente, tiernamente. Ella a horcajadas sobre él, presionaba su cuerpo, con sus pechos presionaba su pecho. Ella podía notar su polla erecta debajo de la parte inferior del pijama y como la presiona. Él la sostiene, la besa, le susurra cosas al oído, comparte besos, comparte pequeños recuerdos, comparte caricias a lo largo de su cuerpo. No la está tomando con pasión y por necesidad esta noche. Esta noche va a ser todo sobre dar, compartir y amar. Acciones que saldrán de sus corazones y se expresarán a través de sus cuerpos. Acciones que serán impulsadas por un profundo e incondicional amor por el otro, expresiones de su deseo de compartirse y ser uno con el otro. Esta noche no es una reacción a una necesidad urgente de pasión de sus cuerpos.

Vicky está tan fascinada por su expresión de amor entre ellos, por la suavidad, la delicadeza y la ternura que se sorprende al ver el reloj y darse cuenta cuánto tiempo ya ha pasado. Ella puede notar su polla rígida y dura bajo ella. No está segura de haberlo notada tan dura, tan preparada, tan necesitada de liberación. Y, sin embargo, José continúa encontrando nuevas formas de acariciar, de besar el cuello o una oreja, de susurrar una nueva expresión de su amor, un recuerdo que la haga derretirse, o un recuerdo que la haga reír al revivir una escena tonta o embarazosa. Ella siente el amor absoluta y completamente. Ella siente el amor que él le está dando. Ella siente que el amor que le está devolviendo. Ella siente como que es la primera vez que se acuestan juntos. La primera vez que dio el paso y le confió su desnudez. La primera vez, como esta vez, que ella se entregaba a él y él la amaba, la amaba completamente. Y como esa primera vez de hace tanto tiempo, ella también comenzó a preguntarse si él la aceptaría como ella se había ofrecido. ¿O iba a renunciar a su necesidad y deseo y sólo la amaría con afecto y la bañaría en el contacto sensual de sus cuerpos?

Ella reconoció que no sólo su cuerpo estaba desesperadamente listo para ser liberado. Su cuerpo necesitaba ser más que acariciado. Ella notó lo mojado que estaba su trasero sobre la polla. No por una liberación prematura de él, sino por los jugos que fluían de su húmedo y dispuesto coño. Ella lo besó, le agradeció su amor, luego se apartó de él a un lado sobre la cama. Se arrodilló y le besó la cabeza de su polla, lo que la hizo sacudirse involuntariamente. Luego se acostó nuevamente a su lado, le besó los labios. Él la abrazó y le devolvió el beso con más pasión. Se echó hacia atrás muy ligeramente y le miró a los ojos. Luego le acercó su cara, otra vez, esta vez dando más pasión al beso, separando más sus labios y empujando su lengua entre los labios de ella y dentro de la boca de ella que se abría. Ambos respiraban muy fuerte.

Vicky estaba a punto de volver a subirse encima de él, pero él la sujetó suavemente y la puso de espaldas. La besó, repetidamente, con urgencia ahora. Se levantó, la miró a los ojos, le besó la nariz y sonrío. Expresaba su amor por ella entre besos y se tranquilizó con la aceptación de este acto por parte de ella. Después de estos meses sin sexo, ella se maravilla del control y la paciencia que él exhibe. Tiene que volverse loco por esta oportunidad, con esta invitación al sexo. Y, sin embargo, está controlando en su entrega, su modo de amarla y amar su cuerpo en lugar de conducirse para satisfacerse lo que tiene que ser una necesidad casi. En una casa donde el sexo de los humanos y los perros era común durante todo el día, cada día, estos últimos meses tienen que haber sido estresantes. Pero nunca nada de ese estrés fue evidente para ella. Se le dio todo el tiempo que necesitó sin ninguna reacción excepto el amor y la aceptación.

Después de cubrir su cara con besos y expresiones de amor susurradas en sus oídos, se movió con sus labios y lengua hacia su cuello, y finalmente siente sus pechos y pezones recibiendo la atención que su cuerpo anhelaba. Sí, finalmente, su cuerpo y su mente están pidiendo y necesitando esa atención, otra vez. Y, ella psicológicamente la está aceptando.

José le mordisquea los sus pezones, los lame y los chupa. Mientras pone su boca en uno, su mano se ocupa del otro. A veces, le tira suavemente de un pezón y pellizcándolo mientras lame, chupa y mordisquea el otro. Luego se mueve más abajo a lo largo de su cuerpo bajando por su estómago y abdomen, sobre su montículo pero evitando el clítoris y moviéndose a lo largo de los labios del coño. Se coloca entre sus piernas abiertas, que ella ha levantado, doblado sus rodillas y las separa a los lados. José sonríe, después de todo este tiempo, su esposa está de nuevo mojada y sus labios abiertos y listos para él. Le pasa la lengua por la rendija y le toca el clítoris por primera vez. Ella se estremece y gime. Él se levanta y toma un pezón entre sus dedos pulgar e índice mientras su lengua le sondea el coño. Toma el clítoris de ella entre los labios y lo chupa, lo toquetea con la punta de la lengua, lo chupa y lo mordisquea con sus dientes, siempre suavemente. Pero aun así la hace temblar de nuevo. Le mete un dedo, y luego dos en el coño. De nuevo se mete el clítoris en la boca y mordisquea mientras tira de un pezón, lo pellizca y lo retuerce. Ella arquea sus caderas levantándolas en el aire, luego cae de nuevo y levanta sus hombros en reacción a las sensaciones que recibe a través de sus pechos y pezones. Luego levanta las rodillas, empuja los talones hacia la cama y arquea las caderas, otra vez. Sus piernas y su estómago se tensan y tiemblan, su coño y su clítoris explotan por las sensaciones creadas por los múltiples estímulos. Y se estrella con un orgasmo que le detiene la respiración por un momento mientras todo su cuerpo primero se pone rígido y luego comienza a temblar. Sus caderas caen en la cama y José continúa metiendo sus dedos en su coño pero ahora los enrosca, buscando, probando y frotando hasta que ella se arquea de nuevo con fuerza y cae de nuevo en la cama. Él le encontró su punto G. Y sus piernas salen disparadas, rectas y rígidas, y luego empiezan a temblar seguidas de la parte inferior de su cuerpo, porque un intenso y poderoso orgasmo invade su cuerpo. José desacelera y finalmente detiene la estimulación de su coño. La acaricia suavemente con un frotamiento lento y suave desde el exterior mientras masajea uno y luego el otro seno mientras lentamente va bajando la intensidad del orgasmo, recuperando lentamente la respiración y su ritmo cardíaco.

Él sube por su cuerpo besando sus pechos y pezones, cuello y finalmente los labios. Levantó la cabeza mirándola a los ojos y dijo―Te amo, Vicky.

― ¡Oh, Dios, José, ha sido increíble! Gracias, gracias…

― ¿Quieres continuar o fue suficiente?

― José, querido, quiero que vuelvas a tener la mujer que una vez tuviste.

― Sería feliz con la mujer que tengo sin comparación con el pasado. Siempre y cuando esté cómoda y feliz y en paz consigo misma. Nos adaptaremos al resto. Si nuestra vida sexual cambia pues cambia. El sexo nunca fue la parte más importante de nuestra relación, Vicky. Nuestro amor y respeto si lo era. El sexo puede haber sido una expresión de eso, pero podemos encontrar otra forma de expresarlo.

Ella lo tiró encima de ella, lo abrazó y lo besó profunda, significativa y apasionadamente. Se detuvo y lo miró sonriendo con los ojos brillantes― Por eso te quiero tanto. Sabía que dirías eso y lo dirías en serio. Sabía que me pondrías a mí y a mis sentimientos por encima de tus deseos y necesidades. Y también sé que serías honesto y sin arrepentimientos. Tu compromiso siempre ha sido conmigo y con nuestro amor, no con una parte de nuestra relación física. Y es por eso que quiero desesperadamente volver completamente a ti. Ahora, José, sólo hay una cosa en la que quiero que pienses durante los próximo minutos y es meter tu maravillosa polla en mi necesitado coño y follarme hasta otro orgasmo. Y quiero sentir tu clímax dentro de mí. Ahora ponte a trabajar, esposo ―Y ella lo atrajo hacia ella de nuevo, cubriendo su boca con la de ella y metiendo su lengua en su boca. Y mientras sus bocas se unían en la pasión, José se colocó e introdujo fácilmente su dura polla entre los labios del coño y continuó empujando con suavidad hasta que entró completamente dentro de ella. Vicky, gimió con la boca abierta dentro de la suya antes de reanudar el beso. Y ella envolvió sus piernas alrededor de las caderas de José.

Esa noche José le dio exactamente lo que ella exigía. Mientras ella volvía a tener un orgasmo, él llegó al clímax y le dio su semen en lo más profundo de su cuerpo. José le vio caer lágrimas por el rabillo de sus ojos. Ella se rió con vergüenza― José, gracias. Fue verdaderamente hermoso. Sé que nuestro sexo es sólo una forma de expresión de nuestro amor por el otro. Pero cuando esa forma se expresa tan bien, ¿cómo no va a ser la forma perfecta para nosotros? Te quiero, José. Por favor, lo deseo pero siento nerviosismo. Quiero volver, llévame de nuevo a ser la mujer abiertamente amorosa y sexual que tenías antes.

―No te preocupes, amor. Ya sé lo que quiero hacer por ti. Sólo necesito hacer algunas llamadas mañana. No hagas planes a largo plazo para las próximas semanas.

José pensó para sí mismo. Mica y Tim, llamaría a Tim mañana. Acaba de empezar en un nuevo trabajo pero tenía su teléfono de contacto. ¿Cómo se llamaba el resort? Eso es lo que necesitaban, sería perfecto para lo que se necesitaba para recuperar a Vicky completamente. Tal vez un fin de semana de cuatro días. Sería el proyecto número uno para mañana.

Magister

 

 

Cambio de vida

Estos son los relatos donde Magister narra cómo fue el proceso por el que una joven y hermosa mujer, junto con su marido, hizo un cambio radical en su estilo de vida.

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