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La Página de Bedri
Asturias
Hidrografía

Introducción

La red hidrográfica y los lagos y lagunas que existen en Asturias son consecuencia no solo del relieve o del clima de, también lo es consecuencia de la actividad humana que modificando profundamente el paisaje ha dejado su huella en miles de obras hidráulicas e incluso en pequeños lagos de montaña construidos para abrevar al ganado hace siglos.

Entre los variados elementos que modelan el relieve asturiano, el más importante es el agua, tanto en estado líquido como sólido. Además, los ríos asturianos mantienen un gran valor como creadores de riqueza, tanto de tipo natural y ambiental como económico.

El agua es un recurso básico que no solo permite la vida si no que ha posibilitado el desarrollo de las distintas civilizaciones y Asturias no es ajena a ello

Los ríos

El conjunto de las aguas superficiales asturianas, con la excepción de algunas zonas de lagos y lagunas, como es el caso de Somiedo, Cangas de Onís y otras zonas de menor entidad, son drenadas a través de una multitud de ríos de todo tipo que se encuentran en la totalidad del territorio asturiano y que son los causantes de las actuales formas del relieve de Asturias.

El río Cares antes de unirse con el Casaño en Arenas de Cabrales
El río Cares antes de unirse con el Casaño en Arenas de Cabrales.

Todos los ríos asturianos nacen y discurren por tierras lluviosas de clima atlántico. En consecuencia, el régimen de todas las corrientes que discurren por tierras de la comunidad tienen como común denominador el predominio del factor pluvial oceánico; eso es, caudal relativo elevado y notable regularidad, tanto interanual como estacional. No obstante, en razón de su nacimiento en altas cotas donde la innivación es también notable, en los cursos altos la impronta del factor nival es también importante: aguas bajas en invierno y crecidas primaverales.

Los ríos asturianos son cortos, con la cabecera elevada, abundante caudal y un régimen bastante regular, con una bajada de caudal durante los meses más secos de julio y agosto y un incremento notable en las épocas de deshielo en aquellos ríos que drenan zonas donde se produce una innivación importante.

Los ríos asturianos, cuya cabecera puede situarse incluso a más de los 2.000 metros de altitud y a una distancia, en línea recta de la costa, que no supera los 50 kilómetros, han desarrollado una gran labor erosiva, más intensa cuanto más pronunciado sea el desnivel y más desfavorablemente estén dispuestas otras estructuras físicas sobre las que se asientan. Las profundas gargantas del Cares, el desfiladero de los Beyos en el Sella o la cuenca media del Navia son claro ejemplo de ello.

Los ríos occidentales asturianos son los más adaptados a la estructura del relieve en que organizaron su red. El Eo, el Navia y el Narcea discurren de Norte a Sur siguiendo los cordales montañosos que se ajustan a los trazos maestros de los ejes hercinianos. A pesar de esta docilidad, que contrasta con la agresividad invasora de los ríos orientales, son ríos caudalosos y de notable longitud. Casi todos ellos nacen fuera de la comunidad. El Navia que  es el más importante, nace en los Ancares, provincia de Lugo y discurre entre las sierras de Rañadoiro, al Este, y de Bobia, al Oeste. Por su caudal y la morfología de su cauce, es el río más explotado de Asturias. En su tramo alto está regulado por el gran embalse de Salime, en el curso medio por el de Doiras y en el bajo por el de Arbón, todos ellos construidos con fines hidroeléctricos. Los ríos orientales, por el contrario, han desarrollado importantes procesos de incisión sobre estructuras que cortan en sentido perpendicular. El Sella, cuya cabecera inicial se situó en el flanco norte de las sierras litorales, atravesó estos bloques para captar la escorrentía de un importante sector del surco prelitoral, estableciéndose su cabecera en las sierras interiores, a 45 km de la línea de costa. Por su parte, el Cares y el Deva han tajado profundos cañones en las calizas masivas de los Picos de Europa, hasta alcanzar las depresiones interiores de Valdeón y La Liébana. Así, pues, los ríos asturianos han ejercido una importante acción modeladora, dividiendo su territorio en un pequeño número de cuencas fluviales relativamente extensas e independientes. El Nalón, que avena la totalidad de la cuenca carbonífera central, presenta, en tal sentido, un carácter mixto, pues mientras sus tramos alto y medio se adaptan a las estructuras, en su curso bajo taja transversalmente las crestas cuarcíticas y calizas del dominio de pliegues y mantos.

La mayor parte de la red fluvial asturiana se articula en la cuenca del Nalón y del Narcea, su principal afluente que drenan el 46% del territorio de Asturias. Ambos ríos son completamente asturianos, desde su nacimiento hasta su desembocadura mientras que tanto el Sella, como el Eo, el Navia o el Cares-Deva tienen su nacimiento en otras comunidades pero su recorrido se desarrolla en su mayor parte en territorio asturiano o su cuenca tiene una gran componente asturiana. La cercanía del nacimiento de estos ríos al litoral condiciona su trazado siendo la dirección dominante la Sur-Norte con la excepción del Nalón que presenta una dirección Sudeste-Noroeste. La red fluvial asturiana presenta forma de árbol , más tupida en el Occidente como consecuencia de la existencia de suelos de pizarra que favorecen la escorrentía superficial mientras que en el Oriente, el suelo eminentemente calizo es mucho más permeable. Fuera de las grandes cuencas hidrográficas existen una serie de ríos muy cortos pero de gran importancia como el Porcía, Piles, Esva, Purón o Linares.

El origen de la actual red fluvial de Asturias parece remontarse a la Era Terciaria, durante la orogenia alpina. Las fuertes pendientes de la vertiente Norte de la Cordillera proporciona a estos ríos una gran capacidad erosiva. Los sistemas montañosos del interior permitieron la individualización de las distintas cuencas, Eo, Navia, Nalón-Narcea, Sella y Cares-Deva.

En la zona Occidental, el terreno de pizarras y cuarcitas permitió que los ríos arruinaran los materiales más débiles. En el sector oriental, el carácter calizo del roquedo da lugar a los típicos fenómenos de infiltraciones, surgencias, etc., que inciden en el régimen de ríos como el Sella, el Cares y el Deva. En la zona Oriental, la presencia de varias sierras paralelas a la costa ha condicionado el trazado de los ríos que discurren labrando valles transversales a dichas sierras. En la zona Central asturiana, los afluentes del Nalón y del Narcea discurren por líneas de debilidad tectónica y litológica.

Hidrológicamente Asturias se divide en ocho grandes cuencas, cuyos límites se definen por las parte superiores de los relieves que las separan. Cada cuenca está drenada por un variado número de pequeñas corrientes que van fluyendo hasta el gran colector de cuenca tras pasar por distintos subafluentes.

Exceptuando las cuencas costero-litorales, las demás tienen un gran colector de drenaje como son los ríos Eo, Navia, Nalón-Narcea, Sella y Cares-Deva aunque ninguno de estos ríos puede ser considerado una gran arteria fluvial no superando ninguno de ellos los 160 km de longitud en su curso principal.

Régimen fluvial

El caudal de cada uno de los ríos, está en relación directa, tanto con la extensión de la cuenca como de las precipitaciones, evaporación, filtración así como de la pendiente del terreno por el que discurre. El caudal medio de los ríos asturianos podría establecerse en 20 l/seg/km2 registrándose los niveles más altos donde las precipitaciones son mayores. El Nalón es el río que mayor caudal desemboca en el mar. Del orden de los 81 m3/seg, seguido por el Navia con un volumen de 62 m3/seg, el Deva 42 m3/seg, el Sella 34 m3/seg y el Eo con 20 m3/seg. Los ríos litorales presentan un caudal 10 veces inferior exceptuando los ríos Esva y de las Cabras que drenan importantes sierras litorales como son la de Murellos y Tineo el primero y el Cuera en el segundo caso.

La escala salmonera de Caño en pleno deshielo
La escala salmonera de Caño en pleno deshielo

La variaciones temporales del caudal de los ríos asturianos dependen del régimen de las precipitaciones, tanto de nieve como en forma de lluvia y del deshielo. Así pueden clasificarse en pluviales, pluvionivales, nivopluviales y nivales. La mayoría de los ríos asturianos se encuadran entro de las tres primeras categorías ya que prácticamente no existen en Asturias cuyo nacimiento se encuentre por encima de los 2.500 m de altitud sobre el nivel del mar. La mayor parte de los ríos asturianos tienen régimen nivopluvial sobre todo los de la zona Oriental.

Cuando el régimen de un río depende únicamente de las precipitaciones en forma de lluvia, el caudal de este va paralelo a las lluvias. En cambio, cuando depende de las nevadas, los máximos caudales se dan cuando se funde la nieve y el hielo acumulados durante el invierno. Estos serían los casos de ríos con régimen pluvial y régimen nival, siendo los otros dos tipos intermedios de estos denominándose según cual predomine.

Régimen nival

El régimen nival es propio de los ríos asturianos cuyas cabeceras se encuentran por encima de los 2.500 m de altitud sobre el nivel del mar y que prácticamente no existen como tales.

Régimen nivopluvial

Este tipo de régimen fluvial se a en los ríos cuya cabecera se sitúa entre los 2.000 y los 1.800 m de altitud sobre el nivel del mar. Los ríos de este tipo tienen un caudal máximo en la primavera al producirse el deshielo presentado también otros máximos secundarios coincidiendo con los periodos de lluvias intensas. Los mínimos se producen durante el invierno al quedar retenida el agua en forma sólida.

Régimen pluvionival

En este régimen, las cabeceras de los ríos se sitúan entre los 1.600 y los 1.800 metros de altitud sobre el nivel del mar. A esta altitud, la influencia de la nieve acumulada es menos acusada, así, durante la primavera se producen máximos de tipo secundario como consecuencia del deshielo mientras que la influencia de las lluvias es mucho más notoria y destacada. Los mínimos de producen en los meses más secos cuando se produce un descenso de las precipitaciones, fundamentalmente en agosto.

Régimen pluvial

Este régimen está regulado casi exclusivamente por las lluvias. Los ríos de este tipo tienen las cabeceras a cotas bajas, por debajo de los 1.500 m, como es el caso de los ríos costeros. Los ríos de este tipo presentan máximos en invierno y mínimos en verano.

Las cuencas hidrográficas asturianas

Las Asturias ocho cuencas hidrográficas de Asturias son: la del Eo, Navia, Nalón-Narcea, Sella, Cares-Deva que se corresponden con colectores importantes y otras tres costero-litorales, la Occidental separada en dos tramos por la cuenca del Navia, la Centro-Oriental y la cuenca costera Oriental, separadas ambas por el Sella.

Cuencas hidrográficas de Asturias
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Documentación