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Peral

¿Qué es el peral?

Pyrus comunis, el peral común es un árbol caducifolio de la familia de las rosáceas, que crece de 10 hasta 20 m de altura y cuyo fruto es la pera. Vive en promedio 65 años, aunque puede llegar hasta los 400. De raíz leñosa profunda, tronco erecto, de color gris con corteza agrietada. Hojas ovadas de hasta 10 cm de largo, con el haz verde oscuro brillante. Flores blancas o blanco rosadas con pétalos de hasta 1,5 cm en corimbos de 3 a 7. Fruto en pomo comestible.

Prospera en climas templados y algo húmedos. Resistente más el frío que el calor. Los veranos extremos secan los frutos y les impiden crecer. El clima más adecuado se caracteriza por inviernos con suficiente frío invernal, pocas heladas tardías y primaveras y veranos soleados con temperaturas no muy elevadas. Florece a 7º C y resiste temperaturas de –18ºC a –20ºC y hasta –40ºC en pleno reposo invernal. Hay una gama de variedades adaptadas a climas diferentes dentro de la zona templada y también a climas fríos de valles de montaña tropical con una temperatura promedio de 13°C y precipitación media anual de 800 a 1.000 mm.

Pyrus communis proviene de Europa oriental y Asia Menor. En excavaciones arqueológicas se han encontrado vestigios del árbol domesticado que datan de 3.000 años a. C. Los romanos mejoraron y difundieron su cultivo.

Actualmente los principales productores son en su orden, China, Italia, Estados Unidos, España, Argentina, Alemania, Corea, Japón, Turquía, Chile y Sudáfrica. La mayor productividad la registra Austria con 44 toneladas por hectárea.

Origen

El origen de los perales cultivados en Europa se remonta a tiempos muy remotos, probablemente entre 1.000 y 2.000 años a.C. Es nativa de las regiones de Europa oriental y de Asia occidental.

Deriva al parecer de la selección de razas silvestres de peral (Pyrus communis var. pyraster) hibridadas con otras varias especies europeas o asiáticas: Pyrus nivalis Jacq., P. pyrifolia (Burn. f.) Nakai, P. spinosa Forssk., etc.

Los griegos y los romanos conocieron el cultivo del peral y fueron estos últimos los que introdujeron su cultivo en la Cuenca del Ebro.

Clasificación científica

Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Rosales
Familia: Rosaceae
Subfamilia: Maloideae
Género: Pyrus
L.
Especie
Pyrus communis

Características

Planta: árbol piramidal, redondeado en su juventud, luego oval, que llega hasta 20 metros de altura y por término medio vive 65 años. Tronco alto, grueso, de corteza agrietada, gris, de la cual se destacan con frecuencia placas lenticulares. Las ramas se insertan formando ángulo agudo con el tronco (45º), de corteza lisa, primero verde y luego gris-violácea, con numerosas lenticelas. Cuando son jóvenes son espinosas, luego inermes y frágiles.

Sistema radicular: raíz profunda, con el eje central muy desarrollado, por lo tanto permite un buen anclaje y es resistente a la sequía.

Hojas: ovales, finamente dentadas o enteras, coriáceas, glabras o rara vez tomentosas, algo lustrosas por el haz, con pecíolo de igual longitud que la lámina o más corto; al principio son algo pelosas, pero terminan por hacerse lampiñas y tienen el margen crenado-serrado o casi entero.

Flores: tienen largos cabillos y forman corimbos umbeliformes en la terminación de las ramillas; son de buen tamaño, con ovario ínfero y de color blanco o blanco-rosado; el cáliz está formado por 5 sépalos lanceolados, estrechados en punta; los pétalos miden generalmente 12-15 mm y son obovados y libres.

Fruto: en pomo, estrechado en la base; ésta puede ser redondeada o atenuada y prolongada en el pedúnculo. Sépalos marcescentes en el ápice umbilicado. Con cinco celdillas, cada una con 1-2 semillas de cubierta exterior lisa o algo mucilaginosa. La piel del fruto es más o menos lisa, verde, que pasa a pardusca o amarillenta al madurar. Pulpa dura, muy ácida o astringente primero, a la madurez blanda, con células esclerosas esparcidas.

Requerimientos de clima y suelo

Prospera bien en climas templados y algo húmedos, siendo más resistente al frío que al calor. Los veranos extremados desecan los frutos y les impiden crecer. Aunque el clima más adecuado se caracteriza por inviernos con suficiente frío invernal, pocas heladas tardías y primaveras y veranos soleados con temperaturas no muy elevadas, aunque la gama varietal existente permite su cultivo en climas diversos dentro de la zona templada.

Durante la floración le perjudican los rocíos, las nieblas, la humedad y las heladas tardías. En las comarcas calurosas únicamente darán buenos resultados las variedades de verano.

No hay que olvidar el necesario reposo invernal del árbol y las exigencias muy distintas de éste respecto a las diversas variedades.

Florece a 7ºC y resiste temperaturas de –18ºC a –20ºC y hasta –40ºC en pleno reposo invernal. Prefiere las situaciones aireadas de las grandes llanuras. Los perales requieren cerca de 900 a 1000 horas de frío, por debajo de 7.2ºC durante el invierno para salir de su reposo.

Es un frutal exigente en suelo. Sólo prospera bien en las tierras limosas y silíceo-arcillosas, sanas y permeables. Requiere suelos homogéneos y profundos, ni muy secos ni demasiado húmedos. Le perjudica la humedad estancada en el terreno. En suelos arenosos puede aguantar un exceso de humedad en invierno, a condición de poder evacuar este exceso con rapidez. Los suelos demasiado secos en verano no le permiten desarrollarse normalmente, formándose unas masas esclerosas en la pulpa del fruto.

Los suelos idóneos para plantar peral sobre membrillero son aquellos cuyo pH está entre 6.5 y 7.5, cal activa menor del 7%, fértiles, con profundidad mínima de 50 cm y sin salinidad. Si se planta con patrón franco, el pH puede alcanzar el 8.2-8.3 y la cal activa el 11-12%.

Propagación

La multiplicación se realiza mediante semilla y por injerto, aunque a la semilla se recurre para obtener nuevas variedades o patrones de injerto. El injerto se realiza a yema velando sobre los siguientes patrones:

Franco: como ventaja debe destacarse su resistencia a la caliza (hasta el 15%, que no es soportada por el membrillero). Los patrones francos del peral son árboles heterogéneos (al proceder de semilla) y de gran desarrollo, dificultando así ciertas particularidades del cultivo como son la poda y la cosecha; además influye en la lenta entrada en producción. El sistema radicular de los patrones francos es de gran potencia, pivotante y muy profundizante, lo cual determina un buen anclaje, la resistencia a la asfixia en suelos húmedos y su tolerancia a la sequía.

Los patrones francos empleados en diferentes partes del mundo no provienen todos de semilla de Pyrus communis, sino que se obtienen de otras especies o subespecies de Pyrus que previamente han sido ensayadas.

Pyrus betulaefolia: originario de las regiones central y norte de China. Se ha seleccionado y multiplicado una línea o clon de gran homogeneidad y adaptación a terrenos de secano fresco. Es resistente a la caliza y al pulgón lanígero e imprime a la planta gran precocidad, pero no ha dado los resultados que se esperaban de él.

Membrillero: se emplea como patrón de peral debido a la gran homogeneidad de las poblaciones. Tienen un crecimiento moderado y enanizante, que le otorga gran precocidad en la obtención de fructificación. Su sistema radicular está compuesto por raíces menos gruesas y profundas, por ello vegeta muy bien en tierras superficiales, muy frescas y, en general, en todos los regadíos, incluso en terrenos muy húmedos, siempre que la caliza no sea excesiva (8% cal activa como máximo), pues se produce la clorosis o amarilleo de las hojas y el consiguiente raquitismo.

Los membrilleros son tolerantes al pulgón lanígero, pero susceptibles a la sequía y al tizón del fuego. Su longevidad es bastante reducida, considerándosele en general no mayor de 30 años.

Sobre este patrón se han distinguido dos tipos:

Membrillero de Angers: son de escaso vigor, gran precocidad y elevada productividad. Su sistema radicular es poco profundo, por ello sufre considerablemente cuando existe sequía. Es muy sensible a los suelos calcáreos y se propaga fácilmente por acodo y por estaquillado.

Membrillero de Provence: son en general muy heterogéneos. El sistema radicular es menos superficial, por tanto soporta mejor la sequía. Tiene mayor afinidad con las variedades a las que les induce mayor vigor y se multiplica fácilmente por acodo.

La sensibilidad de la clorosis férrica del peral injertada sobre membrillero y la incompatibilidad con el mismo de algunas variedades importantes hacen que este patrón, el más interesante por calidad de fruta y manejo del árbol, no sea siempre empleado, teniendo que acudir a patrones francos que por el gran vigor inducido y más lenta entrada en producción solo se puede aconsejar en variedades de vigor moderado y rápida entrada en producción.

Variedades

Buen cristiano William’s: fruto grande, de base ancha, irregular, con repliegues alrededor del ojo. Piel brillante verdosa que cambia a amarillo limón. Epidermis muy delicada y sensible al transporte. Carne blanca, fundente, jugosa, azucarada y muy perfumada. De gran interés para la industria conservera. Buena conservación, si bien influye la temperatura de los meses de junio a agosto de los lugares de producción. Es una de las variedades menos sensibles a los suelos calcáreos, especialmente sobre franco. Árbol vigoroso, de buena fertilidad, capaz de dar una recolección comercial de frutos partenocárpicos (sin semillas). Soporta bien los vientos debido a su buen anclaje. Esta variedad es, en general, resistente a las enfermedades. Recolección en agosto-septiembre.

Doctor Jules Guyot (Limonera): fruto grueso, de forma un poco irregular, abollada. Piel lisa amarilla con punteado, teñida de carmín en la insolación. Carne blanca, fundente, fina, jugosa, azucarada y perfumada. De buena conservación. Árbol de escaso vigor, fértil y precoz. Exigente en terrenos fértiles y agua. Necesidades elevadas de frío invernal. Escasa afinidad con el membrillero. Porte erecto, ramas largas y ligeramente tortuosas. Sensible al moteado. Recolección en julio-agosto.

Buena Luisa de Avranches: fruto de buen tamaño, piriforme con cuello poco acentuado. Piel lisa poco brillante, amarillo-verdosa sonrosada o estriada de carmín, con punteados abundantes. Carne blanca, jugosa y fundente, dulce, ligeramente acidulada y aromática. Es sensible al moteado y a la Psyla. Igualmente se muestra sensible a los tratamientos con azufre y cobre. Buena conservación en frigorífico. Árbol de medio vigor y buena fertilidad, si bien sufre vecería. Presenta buena afinidad con el franco y con el membrillero. Necesidades medias de frío. Recolección en septiembre.

Bartlett: tiene forma de campana, con un color de maduración amarillo brillante. La pulpa es carnosa, blanca y muy suave. Es ideal para ser enlatados o consumidos en fresco.

Anjou: tiene forma de huevo, la piel es suave, de color verde, el cual no cambia cuando madura. Tiene abundante jugo y un sabor dulce cuando madura. Resiste bien el transporte y es ideal para el consumo en fresco.

Bosc: tiene el cuerpo simétrico, el cuello alargado y la piel de color café, el cual no cambia al madurar. Esta variedad es muy aromática y con textura densa.

Por su carnosidad es la preferida para cocinar, aunque su consumo es fundamentalmente en fresco.

Comice: tiene forma redonda y recortada, de color verde y algo rojiza. Es la variedad más dulce y jugosa de todas las peras.

Blanca de Aranjuez (Blanquilla): es la primera variedad nacional de peras. Fruto de tamaño regular. Piel lisa, fina, brillante y verdosa. Carne fundente blanca, muy jugosa y agradable, con corazón muy pequeño. Buena conservación en frigorífico. Árbol muy vigoroso y buena fertilidad. Recolección en agosto-septiembre.

Conferencia: una de las variedades alternativas a "Blanquilla" es "Conferencia", que destaca por su excelente calidad gustativa, por su buena conservación frigorífica y por su gran resistencia a las manipulaciones. En España presenta inconvenientes como su sensibilidad a la necrosis a las yemas de flor, al desecado de las hojas en verano y a la susceptibilidad a hongos patógenos como: Steemphyllum vesicarium y Alternaria spp. así como a la bacteriosis provocada por Pseudomonas.

De Roma: árbol de vigor medio y productivo. Fruto de tamaño mediano o grande, de forma irregular achatada, generalmente muy ventruda. Piel ligeramente rugosa y ruda, de coloración verdosa pasando al amarillo en maduración, con manchas herrumbrosas. Carne blanco-amarillenta, muy jugosa, dulce, ligeramente amoscatelada. Incompatible con el membrillero, precisa intermediario. Muy poco exigente en frío invernal. Variedad triploide, mala polinizadora. Variedades polinizadoras: Blanca de Aranjuez, Coscia, Buena Luisa de Avranches, Azúcar Verde, Leonardeta, Trinidad y Avate Fetel. Maduración en invierno.

Plantación

Los marcos de plantación son muy variables, dependiendo de los patrones empleados, así como de las distintas formaciones. Por ello las distancias entre árboles pueden oscilar entre 0,30 m para el cordón vertical injertado sobre membrillero y 12 m, para formas libres sobre franco.

Si se utiliza membrillero como patrón se suelen entutorar las plantaciones con postes y alambres para mejorar el anclaje y facilitar la formación de los árboles. En ocasiones también se hace con patrón franco por este motivo.

Para evitar la excesiva densidad y el consiguiente sombreado, son necesarios procedimientos especiales de manejo posteriores a la plantación y deben realizarse podas considerables, tanto laterales como en la parte superior.

Abonado

La fertilidad debe ser media o incluso algo baja, para evitar el exceso de vigor y la profundidad superior a los 50 cm.

Empleando estiércol descompuesto de composición media, se debe aplicar cada año 0,700 kg/m2 y haciendo el abono cada tres años, 2,100 kg/m2. Conviene, sin embargo, alternar el estiércol con los abonos químicos.

Un abonado NPK 1-1-1, se emplea generalmente en regiones húmedas.

En el caso que estos valores disminuyan pueden aparecer deficiencias. En regiones áridas la deficiencia en potasio se corrige empleando 2.5 toneladas por hectárea de sulfato potásico. Si el boro es deficiente cada tercer año debe añadirse 30 kg de ácido bórico por hectárea, al comienzo del otoño, para corregir el agrietamiento de la piel y pulpa y el bronceado y arrosetado de las hojas.

En suelos con pH elevado es más eficiente una pulverización con 0.36 kg de borax en 100 litros de agua.

Riego

La mayoría de las plantaciones de perales están en regadío, ya sea a manta o por riego localizado.

El peral necesita para su buen desarrollo y producción una cantidad de 700 a 800 mm de agua, especialmente sin déficit en los meses de verano, previos a la recolección, suministrados por la lluvia o por riego.

Malas hierbas

Generalmente el suelo se mantiene con hierba segada en la calle o limpio (con herbicidas o de forma mecánica) en la hilera de los árboles. En la mayoría de las plantaciones jóvenes es frecuente mantenerlas labradas los 2 ó 3 primeros años.

Contra malas hierbas anuales se recomienda el uso de Diuron 28.5% + Terbutilazina 28.5%, presentado como suspensión concentrada, a una dosis de 4-8 l/ha.

En áreas húmedas, es conveniente en el caso de perales jóvenes utilizar el tratamiento con herbicidas en las hileras y a partir del tercer año, se mantienen los árboles bajo el sistema de tapiz permanente y tratamiento con herbicida en la hilera o tapiz permanente y cubierta protectora (mulching).

Poda

El peral puede adaptarse a todo tipo de formas, pero las más adecuadas son: pirámide, huso, cordón vertical, cordón horizontal simple, palmeta simple y palmeta doble. En las localidades de clima caluroso se recomiendan las formas libres y si están demasiado sometidas al viento, las pirámides y los husos. Del mismo modo se prefieren las formas libres en los terrenos muy ricos y profundos. Sin embargo, en climas húmedos, expuestos a las heladas tardías primaverales y las tempranas otoñales, convienen las formas apoyadas, y si el terreno es poco fértil y superficial, también convienen en general las formas pequeñas.

La poda de producción o fructificación consiste en obtener y mantener sobre los brazos únicamente ramos de fruto. El fruticultor ha de procurar, como objetivo principal, la producción de lamburdas provistas de bolsas, dardos fructíferos y vegetativos y brindillas. La poda de estas lamburdas se debe regular de manera que se obtengan constantemente frutos lo más próximos al brazo, sin agotar demasiado la planta. Con el despunte se persigue hacer afluir a los dardos la máxima cantidad de savia.

Recolección

Los perales tienen tendencia a la caída de fruta antes de ser cosechadas. La caída puede incrementarse si las plantas son deficientes en boro, magnesio o humedad, o si están excesivamente fertilizadas con nitrógeno. Por tanto, la aplicación con hormonas se ha convertido en una práctica habitual aplicándose 10 ppm de ácido naftalenoacético. Debiendo respetar las recomendaciones indicadas por el fabricante del producto tanto en la cantidad como en la forma de aplicarlo. Se aplica, generalmente, cerca de cinco a diez días antes de la cosecha, o bien cuando aparece la primera evidencia de una caída normal de las frutas. Estas pulverizaciones hormonales aceleran la maduración tanto si la fruta está está o no en la planta.

Las peras, a diferencia de la mayoría de las frutas procedentes de árboles caducos, presentan mejor calidad cuando se cosechan en una estado ligeramente verde.

Resulta difícil seleccionar el momento apropiado para la cosecha de peras. A medida que la fruta se desarrolla y madura, los estados más obvios incluyen aumento en el tamaño, incremento del contenido de azúcares, sólidos solubles, en los constituyentes que determinan el ablandamiento y propiedades aromáticas y un cambio gradual en el color de la base que cambia de verde a verde amarillento, seguido por el amarillo verdoso y finalmente se torna totalmente amarilla.

Las peras de otoño deben recogerse inmaduras, apenas hayan alcanzado su máximo volumen. Las peras de invierno se recogen cuando empieza a caer la hoja, ya que si se recolectan demasiado pronto se marchita la corteza y la pulpa.


Documentación

http://www.infoagro.com
http://es.wikipedia.org/