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Palmera datilera

¿Qué es la palmera datilera?

La Phoenix dactylifera L., de nombre común palma o palmera datilera, palma común, fénix, támara o datilero, es una palmera frutal cuyo fruto es el dátil, oriunda del norte de África y oeste de Asia.

Esta especie es una de las más notables del género Phoenix, que cuenta con otras quince, distribuidas desde Canarias, pasando por el norte de África y el Sur de Asia, hasta el Extremo Oriente.

Es una palmera dioica de tronco único o ramificado en su base, de 20 m de altura y 30 a 40 cm de anchura, cubierto con los restos de las hojas viejas. Hojas pinnadas, de 6 a 7 m de longitud, con folíolos de unos 45 cm de longitud, de color glauco. Inflorescencia muy ramificada naciendo de entre las hojas. Flores masculinas de color crema, y femeninas amarillas. Frutos oblongo-ovoides, de 3 a 9 cm de longitud, de color naranja, con pulpa carnosa y dulce.

Origen

La palmera datilera es simbólica de los climas áridos. Siendo probablemente nativa del norte de África o Arabia, la pusieron bajo cultivo por primera vez las antiguas gentes del Irak actual, hace alrededor de unos 3000 a.C. Ha tenido gran importancia para distintos pueblos: para caldeos y árabes era el árbol de la vida, en el Antiguo Egipto significaba la fertilidad, para los hebreos y griegos el triunfo y para los fenicios era sagrada (Dios Palmera) Los dátiles constituyeron una norma de dieta para los egipcios y aún forman una importante fuente de carbohidratos para millones de personas desde Gibraltar hasta el Golfo de Persia, y aún más allá. Numerosas palmas aparecen en cada oasis, curso de corrientes de agua y jardines a través de una amplia área, desde Marruecos hasta Arabia, habiendo sido introducido en la mayoría de países tropicales o subtropicales.

La palmera datilera fue introducida en América por los primeros misioneros españoles, que plantaron dátiles alrededor de muchas de sus misiones.

Etimología

El nombre del género lo toma del griego según algunos autores, por conocerlo este pueblo por primera vez en Fenicia (Phoenicia) y según otros, porque sus hojas podrían recordar las plumas del mitológico Ave Fénix (Phoenix). El término específico está compuesto por dactylus = dátil (del griego dactylos) y fero = yo porto, es decir portador de dátiles.

Distribución geográfica

Los países asiáticos y africanos, principalmente Egipto, República Islámica de Irán, Arabia Saudita, Pakistán, Irak y los países vecinos, juntos producen más o menos el 98% de los dátiles que se dan en el mundo. Estados Unidos, España y México producen el resto.

Clasificación científica

Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Liliopsida
Orden: Arecales
Familia: Arecaceae
Subfamilia: Coryphoideae
Tribu: Phoeniceae
Género: Phoenix
Especie: P. dactylifera
Nombre binomial
Phoenix dactylifera
L.

Morfología

Árbol: dioico, esbelto que puede alcanzar 25-30 m de altura y 2 m de diámetro en la base del tallo.

La palmera tiene una vida media de 250 a 300 años.

Estípite: robusto, recto, inerme, sin ramificar, cubierto por las bases de las hojas muertas, coronado en el vértice por un penacho de hojas vivas. En su parte baja suele llevar numerosas raíces adventicias, que dan lugar a hijuelos, particularmente cuando la palma aún es joven, por tanto, se puede desarrollar plantas múltiples si no se les poda.

Sistema radicular: muy fasciculado, con escasa ramificación y no engruesan con el paso del tiempo. A medida que las raíces mueren, son sustituidas por otras nuevas.

Hojas: persistentes, largas, tiesas, glaucas o de color verde azuloso que se arquean y son portadas en una inmensa corona terminal. Una palma madura con frecuencia puede tener de 10 a 12 hojas nuevas, mientras que las más antiguas se tornan amarillas y se deben eliminar. Las hojas son pinnadas, ya que llevan a cada lado de su grueso eje numerosísimos segmentos plegados longitudinalmente, hacia el haz (induplicados), los inferiores más cortos, rígidos y punzantes; los intermedios suelen medir 30-40 cm, aunque a veces son más largos; el eje de la hoja está ligeramente comprimido lateralmente, y se ensancha mucho en la base.

Flores: las inflorescencias aparecen como espadas abiertas desde las axilas de las hojas. Las partes florales constan de un cáliz trilobado, tres pétalos distintos, las flores masculinas con 6 estambres, la pistilada con 3 ovarios. Las flores masculinas son de color crema y las femeninas son amarillas. Las flores masculinas son considerablemente más pequeñas que las femeninas y son portadas en profusión en raques largos, delgados, erectos y ramificados. El raquis de la inflorescencia femenina es más fuerte con más varas laterales que se vuelven colgantes por el peso del fruto en ellas. Como regla general, solo se desarrolla uno de los tres ovarios presentes.

Fruto: es un dátil oblongo-ovoide, liso, con mesocarpo carnoso y endocarpo membranoso, más o menos de 3-9 cm de largo y 2.5 cm de diámetro con una sola semilla, larga profundamente ranurada; la carne y la cáscara están coloreadas en forma variada, de amarillo, amarillo verdoso, anaranjado o rojo. El periodo de germinación de las semillas es de un mes o algo más.

Empieza a fructificar hacia los 12 o 15 años de edad, y lo hace abundantemente hasta los 60-80. Los frutos maduran en otoño, al año siguiente al de la floración.

Los racimos de fruta madura frecuentemente llegan a pesar 25 kg.

Requerimientos edafoclimáticos

  • Clima

La palmera datilera es la especie frutal que mayores diferencias climáticas tolera, pero, a la vez es la más exigente respecto a ellas, para un adecuado desarrollo y fructificación.

La producción comercial de palmera datilera se encuentra limitada a aquellas áreas de clima cálido que cuentan con una humedad continuamente baja durante la época de maduración del fruto.

El calor constituye el elemento más importante del clima, siendo necesarias temperaturas medias superiores a 17ºC, desde mayo a octubre, ambos inclusive para lograr una integral térmica de 3000ºC.

El cero de vegetación es de 10ºC, por el contrario el crecimiento es máximo cuando se pasa de los 32ºC.

La planta puede soportar una temperatura inferior a -5ºC si se encuentra completamente en reposo, pero requiere un promedio de 30ºC para la maduración óptima de sus frutos.

Aparentemente es necesario un periodo de relativa inactividad, para formar las reservas de carbohidratos.

El crecimiento de la palmera datilera es bueno es regiones con climas húmedos, pero su cosecha puede reducirse considerablemente y, además, los frutos resultan de baja calidad, puesto que la palmera datilera es una planta heliófila, es decir, se desarrolla mejor con gran iluminación.

Aguanta mal las heladas, por lo que se cultiva principalmente en las zonas costeras. Pero en prevención de posibles heladas, se realizará una aportación al suelo de sulfato potásico y/o sulfato magnésico en otoño para lograr un endurecimiento de las plantas.

  • Suelo

La palmera datilera prospera en casi cualquier tipo de suelo, pero le van especialmente bien los limos arenosos con buen drenaje.

Presenta gran resistencia a la sequía y la máxima resistencia a la salinidad.

Polinización

La polinización de la palmera datilera se realiza por el viento, pero generalmente el amarre de la fruta es tan poco satisfactorio que por ello se practica ampliamente la polinización artificial. Se han registrado datos de que los antiguos jardineros de la zona que constituye el actual Irak, aumentaron el rendimiento de sus plantaciones amarrando racimos de flores masculinas en las inflorescencias femeninas, con el tiempo apropiado. Este método después de 5.000 años está aún en uso.

El polen de una flor masculina puede ser suficiente para más o menos de 50 a 100 palmas femeninas. Durante mucho tiempo, ha sido frecuente, entre los productores árabes, el utilizar el polen de ciertas plantas masculinas. Ellos han aprendido, por experiencia, que el polen de ciertas palmas ofrecen mejor resultado en cuanto a la cantidad y calidad de los frutos en comparación con el polen de otras. La razón de este hecho se ha aclarado después, una vez que se encontró que la polinización de la palmera datilera se realiza acompañada en ciertos casos, por un fenómeno llamado "metaxenia".

La metaxenia, requiere de la influencia de un polen específico sobre el tejido que queda enteramente afuera del saco embrionario original y que consta de células de la hembra progenitora.

Las principales manifestaciones de la metaxenia en la palmera datilera se presentan en la forma, el tamaño y la época de maduración de los frutos. Con la selección apropiada del polen, la temporada de maduración de una variedad dada, con frecuencia se puede adelantar considerablemente.

Este hecho puede ser de valor económico para el productor, especialmente donde el periodo de maduración se presenta durante los meses con condiciones desfavorables de clima. En general, el polen de cualquier palma masculina está bien adaptado para la polinización de cualquier variedad femenina. Pero existen casos conocidos de incompatibilidad específica.

Propagación

Por semilla: las plantas precedentes se semillas son muy variables en cuanto a los caracteres del fruto, por tanto este método de propagación suele emplearse en estudios de endogamia. Las plantas producidas por semillas producen igual cantidad de palmas masculinas y femeninas, de las cuales solo las últimas son valiosas desde el punto de vista productivo.

Por hijuelos: las variedades comerciales de palmera datilera se propagan por medio de hijuelos.

La palmera datilera es una de las pocas que se cultivan extensamente por sus frutos, que producen hijuelos y que por tanto se pueden propagar como clones.

La separación de los hijuelos de la planta madre se debe realizar con sumo cuidado. El suelo que se encuentra alrededor de la palmera se debe regar bien varios días antes de la separación para asegurarse que buena parte de la tierra que rodea a las raíces queda adherida a ellas. Si los hijuelos no se necesitan como material de propagación deben de eliminarse.

Las ventajas de la propagación por hijuelos son las siguientes:

  • Las plantas obtenidas son iguales a la planta madre.
  • El fruto de hijuelo es de la misma calidad que el fruto de la planta madre.
  • El hijuelo da fruta en 3-4 años.

Propagación in vitro: mediante el cultivo de meristemos, cuyas ventajas respecto a otros tipos de multiplicación son los siguientes:

  • Las plantas obtenidas están libre de virus y enfermedades.
  • Son idénticas a la planta madre.
  • El 100% de las plantas son hembras.
  • Entrada rápida en producción.

En la organogénesis in vitro de la palmera datilera: las yemas axilares, con desarrollo normalmente floral, y el meristemo terminal de la palmera datilera adulta engloban su potencial meristemático, el cual es empleado en organogénesis in vitro.

La extracción de las yemas axilares ha permitido su estudio histológico, en el cual ha mostrado su estructura meristemática sencilla sin rasgos de diferenciación.

El cultivo de estas yemas axilares, con una fase inicial en medio líquido, han dado lugar al desarrollo mayoritariamente floral con, a veces, mezclas de estructuras vegetativas y florales. Algunas yemas, aunque pocas, tiene un desarrollo exclusivamente vegetativo.

Todos estos resultados han demostrado que la determinación floral de este tipo de explanto no es absoluta; presentando un enorme interés para la investigación sobre la organogénesis de la palmera datilera.

Variedades

Los frutos de la palma datilera se pueden clasificar respecto a su contenido de humedad en la carne, como suaves, semisecos y secos.

El primero consta de variedades producidas en Arabia para exportación; el segundo se utiliza como fruta fresca; y el último es el principal alimento de los árabes.

Solo los dos primeros son vistos en los mercados europeos y americanos. Los dátiles semisecos y suaves se cultivan extensamente en California y Arizona, siendo la variedad más plantada en Estados Unidos y que cuenta con más o menos las tres cuartas partes de la superficie sembrada con material importado la Deglet Noor, un tipo semiseco, siguiéndole Khadrawy, Saidy, Zihidy, Mallow y Halawy.

Las variedades precoces pueden empezar a fructificar a partir del segundo o tercer año después del trasplante, pero las cosechas importantes se obtienen entre el quinto y el octavo año.

En España, como consecuencia del método de multiplicación por semilla, que es el más comúnmente empleado, resulta imposible catalogar la gran masa de palmeras cultivadas dentro de unas variedades definidas. Sin embargo, por las características del fruto se distinguen las siguientes clases.

"De Adobo": son los que maduran artificialmente tratándolos con vinagre.

"Candias": se distinguen los frutos por la rugosidad de su piel; los dátiles son duros, poco azucarados y de un color amarillo verdoso. Desecados al sol toman un color dorado o rubio y de esta forma se consumen habitualmente.

"Tenadas": producen dátiles semejantes a los de la clase anterior, con la piel algo menos rugosa, más dulces y sin la astringencia característica de sabor de las clases anteriores. Su consistencia es menor, aunque suficiente para permitir su embalaje, transporte y almacenado.

"Tiernas": estas palmeras producen dátiles blancos, pero muy ricos en azúcar, por lo que se pueden consumir aún en verde.

Plantación.

Se multiplica por semillas que tardan unos 2 meses en germinar.

El mejor momento para llevar a cabo la plantación abarca desde la primavera (fuera de los periodos de heladas) hasta mediados de verano.

Los hoyos deberán tener unas dimensiones lo suficientemente amplias en anchura y profundidad como para acomodar todo el sistema radicular.

La base del tronco debe quedarse a la misma altura a la que estaba anteriormente o ligeramente más enterrado, se afirmará bien el suelo alrededor del cepellón y se dará inmediatamente un abundante riego.

Se cubrirá la superficie del suelo alrededor del tronco con una buena capa de humus o "mulching", para ayudar a mantener la humedad e incluso regular la temperatura del suelo, imposibilitando a la vez la germinación de malas hierbas.

El sistema de plantación y las distancias en el cultivo de la palmera datilera difieren con la variedad, pero un espaciado en cuadro o rectangular de más o menos 9-11 m, es lo que generalmente se recomienda.

Los hijuelos se pueden trasplantar directamente después de que se les haya separado de la palmera progenitora o las palmeras jóvenes se pueden mantener en vivero un año antes de trasplantarse en el campo.

En los palmerales cultivados se tiene un pie masculino por cada 25 pies femeninos, para asegurar la fecundación, pues si no hay que recurrir a la polinización artificial. Para asegurarse de la naturaleza de los pies, se suelen utilizar preferentemente para su reproducción los renuevos que producen las palmeras hembras.

Riego

La palmera datilera debe tener un aporte regular de agua, constituyendo el riego el mayor coste en una plantación de palmeras, pues las raíces deben tener un abastecimiento de humedad constante.

Puede ser regada con agua salada, cargada con demasiada sal para la mayoría de los cultivos.

Las prácticas de riego inadecuadas pueden dar lugar a frutos demasiado secos.

Abonado

La palmera datilera responde muy bien a la adición de abono. Normalmente el abono se aplica una vez al año, siendo el orgánico el más empleado.

Se recomienda mezclarlo con tierra de la superficie y distribuirlo alrededor de la palmera.

El uso de fertilizantes comerciales no está muy extendido en este cultivo, pero en cualquier caso serán ricos en nitrógeno.

Poda

La poda de la palmera es manual y consiste en la eliminación de palmas y restos de poda del año anterior. Para las palmeras adultas se recomienda, desde el punto de vista de su biología, cortar las hojas totalmente secas, conservando todas aquellas hojas verdes en buen estado (las hojas verdes adultas son las más funcionales).

La palmera datilera se poda generalmente al final del invierno.

Aclareo

Para mejorar el tamaño y la calidad del fruto se practica el aclareo tanto de los frutos como de los racimos. Se realiza eliminando más o menos la mitad de la cantidad total de varas o ramas de la espada, durante el periodo de polinización.

La cantidad de aclareo necesario para obtener los mejores resultados, depende tanto de la variedad como de las condiciones climáticas.

En el caso de la variedad Deglet Noor el aclareo se realiza dejando entre 25 y 35 dátiles por vara y más o menos 40 varas por racimo.

Recolección

Los racimos de fruta se cosechan desde el suelo, con escaleras cortas, hasta que las palmeras tienen de 10 a 15 años y, de ahí en adelante, con escaleras o plataformas adheridas permanentemente a los troncos.
Se cosecha una pequeña cantidad de dátiles en la etapa "Khalal" (madurez parcial) que son amarillos o rojos (dependiendo del cultivar), pero hay muchos consumidores quienes los consideran astringentes (alto contenido de taninos). La mayoría de los dátiles se cosechan en las etapas de madurez completa "Rutab" y "Tamar", en las que tienen mayores contenidos de azúcares, una menor humedad, un menor contenido de taninos y son más blandas que en la etapa "Khalal".

Aplicaciones

Palmera muy rústica y resistente a todo tipo de suelos siempre que tenga humedad y a la cercanía del mar.

Alimentación: el dátil es muy nutritivo, pudiéndose consumir frescos, secos, cocinados, en mermeladas, pasteles, etc, además de haberse empleado como sucedáneo del café en épocas de dificultades económicas.

La savia de esta palmera es muy dulce y se puede beber, siendo muy apreciada por los árabes que la denominan lagmi, y con ella se obtiene por fermentación el vino de palma, el cual, por destilación produce el aguardiente llamado arrack. Un pie da diariamente 15 litros de esta bebida, pero muere a los dos años de tratamiento.

La yema o cogollito apical es también comestible, pero su eliminación ocasiona la muerte de la planta.

Medicina: se emplea como emoliente, para ablandar y suavizar las vías respiratorias, para lo cual se toman los frutos bien maduros y hervidos con leche; deben esta propiedad a su riqueza en sustancias mucilaginosas.

Artesanía: las fibras de las hojas y de la corteza se utilizan para hacer sogas, canastos y esteras; mezcladas con pelo de camello, sirven para hacer tejidos bastos, con lo que se construyen tiendas para acampar.

A veces se pliegan las hojas y se las cubre con una capucha para blanquearlas y producir palmas de Semana Santa, aunque eso debilita a la palmera.

Jardinería: en los últimos años está siendo muy empleada en los jardines y alineaciones de zonas costeras cálidas, tanto por su porte como por su follaje. Se utiliza de forma aislada, en grupos formando palmerales o en alineaciones.

Se utiliza aislada, en grupos formando palmerales o en alineaciones. Su trasplante es fácil.

La mayor concentración de palmas o palmeras se encuentran en la localidad española de Elche. La gran extensión de la finca se llama El Palmeral y tiene más de medio millón de ejemplares. Se cree que lo plantaron los cartagineses, que encontraron en estas tierras del levante español un lugar propicio para este cultivo.

Los mejores y más antiguos ejemplares están en el llamado Huerto del Cura, dentro del gran Palmeral. Algunos ejemplares tienen más de 300 años. Hay que tener en cuenta que la palmera tiene una vida media de 250 a 300 años. Estas palmeras son de la misma especie que las de Irán. Son datileras y es en octubre cuando dan su fruto. En el huerto además hay algunas otras especies tropicales.

La palmera o palma se cotiza mucho en el mercado español y también en las exportaciones clandestinas; es muy importante la industria datilera y la confección de palmas, que son las ramas secadas por un proceso especial y a veces artísticamente trenzadas.

Plagas

Cochinilla roja de la palmera (Phonicoccus marlatti).

La cochinilla roja es una especie subsahariana distribuida por el norte de África. En Estados Unidos se introdujo en 1985 y en España se expandió a lo largo de los años noventa.

Esta plaga se localiza en la base de las hojas tanto tiernas como adultas, siempre en zonas profundas al resguardo de la luz. También se sitúan en la base de la hoja que al cortarla permanece en el tronco, en la zona húmeda.
No ocasiona la muerte de la planta, aunque puede debilitarla o secar algunas de sus hojas.

  • Control

Enemigos naturales como Pharoscymnus anchorago en el norte de África.

Tratamientos químicos a base de Clorpirifos o Propoxur en pulverizaciones o Metil Paration en espolvoreo.

Picudo de la palmera (Diocalandra frumenti)

Se trata de un coleóptero que ocasiona la seca de las hojas interiores y la formación de pequeñas galerías en el raquis de la hoja que pueden afectar a los haces vasculares, provocando en este caso graves daños a la palmera.

En el corte de la poda se aprecia la superficie cribada por los orificios de las galerías.

En seis u ocho meses, una palmera infectada se seca y muere.

  • Control

Realizar tratamientos a base de Carbaril, presentado como polvo mojable.

Curculiónido ferruginoso (Rhynchophorus ferrugineus).

Este curculiónido es originario de las áreas tropicales del sudeste asiático y la Polinesia.

Se localiza en el interior de la palmera y puede producir la muerte de la palma afectada.

El insecto adulto es un escarabajo de color rojizo, entre 2-5 mm y posee dos antenas que le confieren forma de tridente.

El adulto es atraído por sustancias que emite el vegetal lesionado (cairomona), y si el lugar es apropiado, emitirá feromonas de agregación que atraerán nuevos adultos.

Los síntomas se manifiestan con retorcimientos de las hojas más externas sobre el nervio central que adquieren un color pajizo o se caen.

  • Control

Realizar seguimientos de vuelo de adultos y confirmar su presencia mediante trampas cebadas con atrayentes sintéticos (feromonas de agregación y sinérgicos vegetales o cairomonas).

Destruir los pies afectados para evitar la salida de adultos y su dispersión.

Apate monachus.

Es un coleóptero que causa enormes daños en las palmeras del norte de África.

Es de color marrón oscuro brillante y suele atacar fundamentalmente a palmeras jóvenes.

Las larvas perforan galerías en los nervios principales de las hojas dando lugar a un progresivo amarilleo de las hojas hasta que finalmente acaban secándose. Estas galerías son de dimensiones considerables, y en cada una de ellas puede haber varias larvas. Frente a estos daños la palmera se defiende emitiendo una sustancia espesa y gomosa.

  • Control

Eliminación y quema del material infectado.

Coccotrypes dactyliperda.

Se trata de un escolítido con una amplia distribución en la zona mediterránea.

Este insecto por un lado daña al fruto y también a las semillas, siendo entonces fuente de inóculo.

El individuo adulto perfora el fruto y el hueso donde hace la puesta, y la larva daña el hueso y la plántula recién germinada.

Se pueden observar orificios en los dátiles afectados y provocar la caída de los frutos inmaduros.

  • Control

Efectuar tratamientos al suelo con Lindano, Malation, Clorpirifos, de forma controlada para evitar fitotoxicidades y aparición de resistencias.

Tratar las semillas con Fosfuro de aluminio antes de su siembra.

Se deben eliminar las partes infectadas.

Mythimna joannisi.

Es un lepidóptero originario del continente africano y distribuido en el territorio español.

Su ciclo biológico consta de una generación anual. La oruga inverna en el interior de la palmera y los adultos emergen durante junio-julio.

Se trata de una plaga especialmente importante en los viveros.

En las plantas de maceta la oruga taladra la parte central y consume el cogollo de la palma. La planta sufre un importante retraso en su desarrollo y al crecer. Las hojas afectadas manifiestan los orificios de la oruga al taladrarlos. Aunque esta plaga no llegue a provocar la muerte de las palmeras, produce daños estéticos que ocasionan fuertes perjuicios en el vivero.

  • Control

Se trata de una plaga difícil de controlar, por tanto los medios de lucha se basan en la eliminación del material vegetal infectado.

Enfermedades

Botryodiplodia theobromae

Se trata de un hongo que bajo condiciones apropiadas de humedad resulta patógeno a P. dactylifera.

Los síntomas que produce son hojas con puntas y zonas secas, manchas necróticas elípticas en el raquis, en los foliolos y en la zona de inserción de los mismos y formación de pequeñas pústulas, picnidios, de color oscuro sobre el tejido muerto.

Es una enfermedad que aunque habitualmente no llegue a causar daños graves, en determinadas situaciones puede llegar a producir la muerte de la planta.

  • Control.

En el vivero habrá que evitar las humedades excesivas.

En las plantas adultas se recomienda eliminar las hojas viejas mediante una poda sanitaria que favorezca la aireación de la corona.

Se recomienda el manejo cuidadoso de las plantas para reducir las heridas que favorecen la infección de este hongo.

Eliminar los restos vegetales infectados ya que en ellos se forman con mucha facilidad conidios que pueden dispersar la enfermedad.

La lucha química se centra en tratamientos a la parte aérea a base de: Benomilo, Carbendazima o Propiconazol.

Postcosecha

Calidad

Tamaño de fruta, color, textura, limpieza y ausencia de defectos (como las quemaduras de sol, daños por insectos, el movimiento de azúcar hasta la superficie de la fruta y la fermentación) y patógenos de pudrición.

El principal azúcar principal en algunos cultivares es la sucrosa, mientras que en otros predominan los azúcares reductores; el total de azúcares constituye un 50% (en base a peso fresco) o 75% (en base a peso seco).

Temperatura

La temperatura óptima es de 0°C por 6-12 meses, dependiendo del cultivar (dátiles medianamente blandos, como el "Deglet Noor" y Halawy", tienen una vida de almacenamiento más prolongada que los blandos, tales como el "Medjool" y "Barhi").

18°C para un almacenamiento más prolongado. La temperatura de congelamiento es -15.7°C.

Humedad relativa

La humedad relativa óptima está en torno a 70-75%; a una humedad relativa más alta, los dátiles absorben humedad desde el aire de la cámara a menos de que se empaquen en recipientes a prueba de humedad.

Efectos del etileno

Los dátiles maduros no son afectados por el etileno pero pueden absorber con facilidad el aroma de otros productos. Por tanto, no se deben almacenar dátiles con ajo, cebolla, patatas u otros productos con un olor fuerte.

Efectos de atmósferas controladas

El empacado en nitrógeno (para excluir el oxígeno) disminuye el oscurecimiento de los dátiles y evita la infección de insectos.

Fisiopatías y desórdenes físicos

Oscurecimiento: Tanto el empardecimiento enzimático como el no-enzimático ocurren en los dátiles y aumentan con un contenido mayor de humedad y con temperaturas más altas. Se puede disminuir el empardecimiento enzimático mediante concentraciones bajas de oxígeno.

Acidez: Una fermentación como de levadura conlleva a una acidez en dátiles que tengan un contenido de humedad por sobre el 25%.
Manchado de azúcares: Consiste en la cristalización de azúcares bajo la piel y en el tejido de cultivares de dátiles blandos. Aunque no influye en el sabor, sí altera la textura y la apariencia de la fruta. Al almacenar a temperaturas recomendadas, se minimiza este desorden, que ocurre principalmente en cultivares en los que predominan la glucosa y la fructosa.

Plagas

Los dátiles pueden ser infestados con insectos de productos almacenados y se deben fumigar con un producto autorizado, seguido por un empacado en recipientes a prueba de insectos.

Los dátiles "orgánicos" se pueden tratar con 100% de dióxido de carbono durante 1-2 días.

El almacenamiento a 13°C evita el daño por consumo de insectos y su reproducción. El almacenamiento a 5°C o menos son efectivas en el control de plagas.

Enfermedades

Las pérdidas microbiales pueden ser causadas por levaduras (las más importantes), mohos y bacterias. En el almidón, las especies de Zygosaccharomyces son más tolerantes en cuanto al elevado contenido de azúcar que las otras que se encuentran en los dátiles. Los dátiles infectados con levaduras desarrollan un olor a alcohol (se fermentan). La bacteria Acetobacter puede convertir el alcohol a ácido acético (vinagre). Pueden crecer hongos (Aspergillus, Alternaria y Penicillium spp) en dátiles de alta humedad, especialmente cuando se cosechan después de una lluvia o en un período de alta humedad.

Estrategias de control:

Secar los dátiles hasta un humedad de 20% o menos para reducir significativamente la presencia de mohos y levaduras.

Mantenerse dentro de los intervalos de temperaturas y humedades relativas recomendadas en todo el sistema de manejo.

Evitar fluctuaciones de temperaturas para evitar la condensación de humedad en los dátiles, que puede promover el crecimiento de microorganismos que causan pudriciones.

Implementar prácticas de sanidad adecuadas.


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