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Acelga

¿Qué es la acelga?

La acelga (Beta vulgaris var. Cicla) es una planta herbácea bianual cultivada como anual, con hojas grandes, de color verde brillante y nervadas. Los tallos (llamados pencas) son blancos, amarillos o rojos, según la variedad.

Se puede consumir toda la planta, incluidas hojas y pencas, si se recolecta cuando éstas son pequeñas (menos de 2 dm), pero si se dejan crecer es mejor desechar la penca ya que tiende a amargar. Se cocina igual que la espinaca, de la cual es pariente. Las plantas muy tiernas se pueden consumir crudas en ensaladas.

Es una verdura muy apreciada ya que aporta vitaminas, fibra, ácido fólico y sales minerales con un alto contenido de agua (48%). Las hojas exteriores, que suelen ser las más verdes, son las que contienen mayor cantidad de vitaminas y carotenos. La acelga constituye un alimento rico en vitaminas y minerales. Aporta cantidades importantes de potasio, calcio, hierro y magnesio. Entre su contenido vitamínico cabe destacar la presencia de ácido fólico, provitamina A (fundamentalmente beta-carotenos ) y vitamina C.

La deficiencia en ácido fólico puede producir anemia megaloblástica, y se asocia con un aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, procesos cancerígenos y malformaciones congénitas fetales (defectos del tubo neural como espína bífida, problemas cardiacos, labio leporino, etc.). También se ha relacionado la carencia en esta vitamina con alteraciones en el crecimiento, y con una peor función mental.

También presenta una importante cantidad de luteína, caroteno sin actividad provitamínica A, abundante en diferentes partes del ojo humano, que actúa como protector frente al desarrollo de cataratas en la edad avanzada. Además, el nivel en sangre de luteína, también se ha relacionado inversamente con el riesgo de padecer infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.

En relación con las acelgas, es preciso recordar que las personas con tendencia a padecer cálculos renales de oxalato deben consumirlas con moderación, por su alto contenido en estos compuestos (oxalatos).

Origen

Los primeros informes que se tienen de esta hortaliza la ubican en la región del Mediterráneo y en las Islas Canarias (Vavilov, 1951). Aristóteles hace mención de la acelga en el siglo IV a.C.

Se tienen referencias escritas que sitúan a la acelga en las regiones costeras de Europa y del norte de África bañadas por el mar Mediterráneo, dotadas de un clima templado adecuado para una planta a la que le perjudica bastante los cambios bruscos de temperatura. Existen documentos que prueban que ya en el siglo V a.C. los griegos utilizaban la acelga como un alimento en su dieta. Desde Europa se ha expandido a distintos países del mundo y en la actualidad presenta una amplia difusión, de manera especial en América y Asia.

Una teoría sugiere que la acelga (variedad cicla) se origino por hibridación a partir de la especie Beta marítima, de la cual parte también la remolacha de mesa (variedad vulgaris).

Parece ser que fueron los árabes quienes, a partir de la Edad Media, comenzaron a cultivarla y descubrieron las auténticas propiedades medicinales y terapéuticas de esta planta. Resulta curioso que la acelga, una verdura tan utilizada como planta medicinal desde hace siglos por árabes, griegos y romanos, se considere en la actualidad una verdura ordinaria, de pobre categoría. Las razones de este desprestigio pueden obedecer a la facilidad de su cultivo, a su abundancia en el mercado o al precio asequible al que se vende.

La acelga ha sido considerada como alimento básico de la nutrición humana durante mucho tiempo.

Su introducción en Estados Unidos tuvo lugar en el año de 1806.

Distribución geográfica y producción

En la Península Ibérica, el cultivo de esta verdura se extiende por la mayoría de las regiones del este, norte y centro. Cataluña y Valencia destacan como principales comunidades productoras. A nivel mundial, países de Europa central y meridional (Italia, Francia, Holanda, Bélgica y Alemania, así como las Islas Británicas) y América del Norte son los principales productores.

El consumo en fresco aumenta ligeramente pues en el mercado está todo el año. La industria está ofreciendo novedades: mata entera para hoja y penca, o segada similar a la espinaca.

El cultivo de la acelga tiene cierta importancia en algunas zonas del litoral mediterráneo y del interior. En los últimos años ha tenido ligar un ligero incremento de la producción.

El principal país de destino de las exportaciones españolas es Francia.

Taxonomía y morfología

Planta: la acelga es una planta bianual y de ciclo largo que no forma raíz o fruto comestible.

Sistema radicular: raíz bastante profunda y fibrosa.

Hojas: constituyen la parte comestible y son grandes de forma oval tirando hacia acorazonada; tiene un pecíolo o penca ancho y largo, que se prolonga en el limbo; el color varía, según variedades, entre verde oscuro fuerte y verde claro. Los pecíolos pueden ser de color crema o blancos.

Flores : para que se presente la floración necesita pasar por un período de temperaturas bajas. El vástago floral alcanza una altura promedio de 1.20 m. La inflorescencia está compuesta por una larga panícula. Las flores son sésiles y hermafroditas pudiendo aparecer solas o en grupos de dos o tres. El cáliz es de color verdoso y está compuesto por 5 sépalos y 5 pétalos.

Fruto: las semillas son muy pequeñas y están encerradas en un pequeño fruto al que comúnmente se le llama semilla (realmente es un fruto), el que contiene de 3 a 4 semillas.

Clasificación científica

Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Caryophyllales
Familia: Amaranthaceae
Género: Beta
Especie: B. vulgaris
Subespecie: B. v. var. cicla
Nombre trinomial
Beta vulgaris var. cicla
(L.) K.Koch

Requerimientos edafoclimáticos

Temperatura: la acelga es una planta de clima templado, que vegeta bien con temperaturas medias; le perjudica bastante los cambios bruscos de temperatura. Las variaciones bruscas de temperatura, cuando las bajas siguen a las elevadas, pueden hacer que se inicie el segundo periodo de desarrollo, subiéndose a flor la planta.

La planta se hiela cuando las temperaturas son menores de -5ºC y detiene su desarrollo cuando las temperaturas bajan de 5ºC. En el desarrollo vegetativo las temperaturas están comprendidas entre un mínimo de 6ºC y un máximo de 27 a 33º C, con un medio óptimo entre 15 y 25º C. Las temperaturas de germinación están entre 5ºC de mínima y 30 a 35ºC de máxima, con un óptimo entre 18 y 22ºC.

Luminosidad: no requiere excesiva luz, perjudicándole cuando ésta es elevada, si va acompañada de un aumento de la temperatura. La humedad relativa está comprendida entre el 60 y 90% en cultivos en invernadero.

En algunas regiones tropicales y subtropicales se desarrolla bien, siempre y cuando esté en zonas altas y puede comportarse como perenne debido a la ausencia de invierno marcado en estas regiones.

Suelo: la acelga necesita suelos de consistencia media; vegeta mejor cuando la textura tiende a arcillosa que cuando es arenosa. Requiere suelos profundos, permeables, con gran poder de absorción y ricos en materia orgánica en estado de humificación.

Es un cultivo que soporta muy bien la salinidad del suelo, resistiendo bien a cloruros y sulfatos, pero no tanto al carbonato sódico. Requiere suelos algo alcalinos, con un pH óptimo de 7,2; vegetando en buenas condiciones en los comprendidos entre 5,5 y 8; no tolerando los suelos ácidos.

Material vegetal

La acelga presenta una diversidad limitada. Esto se refleja en el escaso número de variedades cultivadas. Su clasificación se establece en función del color, el tamaño de sus hojas y peciolos o pencas, el grosor de la penca y la recuperación rápida en el corte de las hojas. Dentro de las variedades de acelga hay que distinguir las características siguientes:

Color de la penca: blanca o amarilla.
Color de la hoja: verde oscuro, verde claro, amarillo.
Grosor de la penca: tamaño y grosor de la hoja; abuñolado del limbo.
Resistencia a la subida a flor.
Recuperación rápida en corte de hojas.
Precocidad.

Las más conocidas son:

Amarilla de Lyon. Hojas grandes, onduladas, de color verde amarillo muy claro. Penca de color blanco muy puro, con una anchura de hasta 10 cm. Producción abundante. Resistencia a la subida a flor. Muy apreciada por su calidad y gusto.

Verde con penca blanca Bressane. Hojas muy onduladas, de color verde oscuro. Pencas muy blancas y muy anchas (hasta 15 cm.). Planta muy vigorosa, por lo que el marco de plantación debe ser amplio. Variedad muy apreciada.

Otras variedades: Verde penca blanca, R. Niza, Paros, Green y Fordook Giant.

Cultivo

Preparación del terreno

Se dará una labor profunda al suelo y si se aporta estiércol, se aprovechará la labor para enterrarlo. A continuación se darán un par de labores de cultivador, grada o fresadora, aprovechando alguna de esas labores para aportar el abonado de fondo.

Según la forma de recolección de la acelga, la preparación del suelo será diferente. Así cuando la recolección se hace por corte de hojas, se puede cultivar en caballón o en era. Cuando se recolecta por plantas enteras es preferible cultivar en eras. Los caballones tendrán una separación entre sí de 40 a 50 cm. Las eras se hacen de 1,5 m de ancho por 4 ó 5 m de longitud, dejando pasillos de servicios en el sentido longitudinal.

Siembra

En la acelga se utiliza normalmente la siembra directa, colocando de 2 a 3 semillas por golpe, distantes 0,35 cm sobre líneas espaciadas de 0,4 a 0,5 m, ya sea en surco sencillo o doble.

Las épocas de siembra de acuerdo a la zona son las siguientes:

  • Zona Fría:

Época de siembra: octubre-marzo.
Días a la madurez: 50-60.

  • Zona Cálida Templada:

Época de siembra: todo el año.
Días a madurez: 55-65.

Se pueden obtener poblaciones de 86.000 plantas por hectárea.

Densidad de siembra: 8-10 Kg/ha

Distancia entre surcos: 66 ó 77 cm a hilera sencilla 92 ó 100 cm a hilera doble

Distancia entre plantas: 25 cm

La siembra directa poniendo una semilla por alveolo. Esto conlleva un aclareo posterior de las plantas, debido a que las semillas de acelga son poligérnicas y de cada una de ellas emergerán varias plantas.

En invernadero es común germinar las semillas en semilleros, repicando las plantas cuando tienen cuatro o cinco hojas. De esta forma es posible trasladar las plantas al terreno definitivo de cultivo con un mes de adelanto respecto a las plantas de siembre directa. De esta forma se tarda entre 8 a 10 días en nacer la semilla de acelga, cuando las temperaturas están comprendidas entre 25ºC por el día y 15ºC por la noche. Los marcos de plantación más empleados son de 7 plantas por metro cuadrado.

Aclareo

Si la siembra se realiza directamente en el suelo de cultivo, cuando las plantas tienen 3 ó 4 hojas se aclara cada golpe de siembra, dejando una sola planta. Las plantas que se eliminan se cortarán con ayuda de una navaja o tijera ya que si se arrancan se puede desarraigar a la planta que queda en el suelo de cultivo.

Malas hierbas

Durante los primeros estadios de la planta es común dar labores de bina al suelo. Cuando las plantas son más adultas esta operación se sustituye por una escarda manual o química que mantenga al suelo limpio de malas hierbas. Si se acolcha el suelo estas labores solo se realizarán antes de su instalación.

Materias activas recomendadas contra malas hierbas:

Cloridazona 65%, presentado como granulado dispersable en agua, con dosis de 3-5 l/ha.*

Desmedifan 8% + Fenmedifan 8%, presentado como concentrado emulsionable, con dosis de 6 l/ha.

Materias activas recomendadas contra dicotiledóneas anuales:

Fenmedifan 16%, presentado como concentrado emulsionable, con dosis de 6-8 l/ha.

En los cultivos de invernadero destaca el empleo del acolchado para proteger al suelo de malas hierbas. En los acolchados de cultivos invernales para producción de follaje es recomendable emplear lámina de polietileno negro, o transparente, o blanco opaco de 100 galgas de grosor.

La anchura de las láminas de plástico para el caso de acolchar eras, debe ser de la dimensión que tengan las eras. Si el cultivo se realiza en llano, ocupando todo el espacio del suelo del invernadero, entonces se ponen franjas lo más anchas posible. solapándose unas con otras y cubriendo todo el suelo.

El plástico al colocarlo debe quedar lo más tenso posible y muy pegado a la tierra, con el fin de que las plántulas de malas hierbas tengan poco volumen de aire para su desarrollo.

Otra técnica de protección del suelo es el empajado. Es útil cuando no se emplean las técnicas de acolchado con plástico o las de enarenado.

Abonado

En invernadero la acelga constituye normalmente un cultivo secundario y a pesar de tratarse de un cultivo exigente en materia orgánica, no suele aplicarse estiércol, a no ser que el siguiente cultivo de la alternativa requiera el aporte de estiércol en el cultivo anterior. Sin embargo, si supone el cultivo principal de la alternativa, es aconsejable aportar 2,5-3 kg/m2 de estiércol para obtener el máximo rendimiento.

Los requerimientos de nitrógeno son elevados desde que comienza el rápido crecimiento de la planta hasta el final del cultivo. Las necesidades de potasio son elevadas a lo largo de todo el ciclo de cultivo. A título orientativo, el abonado de fondo puede llevarse a cabo con la aplicación de 50 g/m2 de abono complejo 8-15-15.

En el abonado de cobertera, con riego por gravedad, es común aplicar 10 g/m2 de nitrato potásico después de cada riego, no debiendo rebasar los 50 g/m2 en la suma del total de las aplicaciones. Esta dosis puede aumentarse hasta 100 g/m2, cuando la recolección se hace por corte periódico de hojas, abonando después de cada corte.

En fertirrigación, cuando la recolección se hace por hojas y el ciclo de cultivo es de aproximadamente de 5 meses, el abonado puede programarse de la siguiente forma:

Aplicar un abonado de fondo de 20 g/m2 de abono complejo 15-15-15.

Después de plantar, regar diariamente durante una semana sin abono.

Durante las dos semanas siguientes, regar tres veces por semana, aportando en cada riego:

  • 0,10 g/m2 de nitrógeno (N).
  • 0,15 g/m2 de anhídrido fosfórico (P2O5).
  • 0,10 g/m2 de óxido de potasa (K2O).
Durante el mes siguiente, regar tres veces por semana, aportando en cada riego:
  • 0,20 g/m2 de nitrógeno (N).
  • 0,15 g/m2 de anhídrido fosfórico (P2O5).
  • 0,10 g/m2 de óxido de potasa (K2O).
Al siguiente mes, regar tres veces por semana, aportando:
  • 0,30 g/m2 de nitrógeno (N).
  • 0,10 g/m2 de óxido de potasa (K2O).

Posteriormente y hasta 15 días antes de finalizar el cultivo, regar tres veces por semana, aplicando en cada riego 0,50 g/m2 de nitrógeno (N).

Riego

La acelga es un cultivo que debido a su gran masa foliar necesita en todo momento mantener en el suelo un estado óptimo de humedad. Para obtener una hortaliza de buena calidad no conviene que la planta acuse síntomas de deshidratación, durante las horas de mayor temperatura en el invierno, para evitar que los tejidos se embastezcan.

Cuando el riego se realiza por gravedad se recomiendan aportes de agua después de la plantación, a los 15-20 días y luego se establece un turno de 20 días que se irá aumentando hasta febrero y se reducirá a partir de esas fechas.

Plagas y enfermedades

Plagas

Gusano blanco (Melolontha melolontha)

Las larvas de este coleóptero tienen un cuerpo blanquecino, con el extremo posterior abdominal de color negruzco. El insecto adulto tiene de 2 a 3 cm de largo, con la cabeza de color negro y el resto del cuerpo parduzco ocre.

El ciclo evolutivo larvario completo es de 3 años, siendo en la primavera del segundo año cuando producen mayores daños.

  • Control

Para su control se recomienda efectuar tratamientos recomendados por personal cualificado.

Gusano de alambre (Agriotes lineatum)

Son coleópteros cuyos adultos miden de 6 a 12 cm de longitud, son de color oscuro y de forma alargada. Las larvas son de color pardo dorado, con cierta semejanza a los ciempiés, de forma cilíndrica y cuerpo notablemente rígido y una longitud de 2 a 5 cm. Producen galerías en las raíces de las plantas, provocando heridas que más tarde son colonizadas por distintos hongos del suelo causando enfermedad.

  • Control

Su control se basa en tratamientos al suelo antes de plantar o sembrar con productos químicos como clorpirifos, etoprofos, fonofox, etc.

Gusano Gris (Agrotis segetum)

Este lepidóptero produce daños en la vegetación, seccionando el cuello de las plántulas recién plantadas.

  • Control

Para su control se aconseja desinfectar el suelo antes de la plantación y evitar la entrada de adultos al interior del invernadero mediante mallas mosquiteras en las ventanas.

En los cultivos al aire libre puede hacerse un tratamiento aéreo.

Los productos más empleados son bifentrin, etoprofos, fonofox, etc.

Mosca de la remolacha (Pegomia betae o P. hyoscyami)

Los adultos tienen la cabeza grisácea con una rayita roja en la parte frontal; los ojos son rosados y las patas amarillas. Las larvas tienen una longitud de unos 7 mm; son de cabeza gruesa, dividida por una hendidura; no tienen patas y son de color blancuzco. La ninfa es de forma oval y color rosado. Los huevos son de color blanco sucio, rugosos, de 1 mm de longitud.

Las larvas perforan la epidermis y penetran en el interior de los tejidos del limbo, haciendo galerías que pueden llegar a ocupar toda la superficie foliar.

  • Control

Su tratamiento se basa en el control de los adultos mediante productos de contacto como diazinon, naled o triclorfon.

Pulguilla (Chaetocnema tibialis)

El adulto es un escarabajo de unos 2 mm de longitud, de forma oval, de color negro verdoso y brillo metálico.

Los daños son pequeños orificios redondeados de unos 2 cm de diámetro en las hojas.

  • Control

Su control es a base de productos químicos como carbaril, etc.

Pulgón (Aphis fabae)

Estos insectos se sitúan en el envés de las hojas provocando daños que pueden afectar a la comercialización de las acelgas.

  • Control

Las materias activas recomendadas son: Cipermetrin, Metil pirimifos y Fenitrotion

Enfermedades

Mildiu (Peronospora farinosa f. sp. betae)

Este hongo puede afectar a cotiledones y primeras hojas verdaderas en semillero y posteriormente manifestarse en la plantación. La infección se manifiesta por una roseta de hojas jóvenes distorsionadas, cloróticas, densas y arrugadas con márgenes rizados hacia abajo. Si se dan las condiciones ambientales adecuadas los síntomas parecen en la parte baja de las hojas del cogollo. Cuando el ataque es muy fuerte, las hojas viejas aparecen cloróticas, el cogollo suele necrosarse y las plantas mueren.

Los esporangios se desarrollan entre 5 y 22ºC, óptimo 12ºC y humedad relativa por encima del 80%

Este hongo sobrevive en residuos de cultivo de acelga, en cultivos para semilla, en cultivos silvestres de Beta spp. y hasta en las propias semillas.

  • Control

Eliminación de cultivos para semilla de remolacha o acelga.

Ampliar el marco de plantación.

Emplear material vegetal sano.

Rotación de cultivos.

Aplicar fungicidas de tipo preventivo y sistémicos curativos.

Cercospora (Cercospora beticola)

En las hojas aparecen pequeñas manchas redondeadas de unos 3 mm de diámetro; al principio el centro de la mancha es grisáceo, después se forman unos puntitos negros. Toda la superficie de las hojas puede quedar cubierta por las manchas que se van secando.

  • Control

Para su control realizar tratamientos con oxicloruro de cobre, zineb, benomilo, caldo bordelés, etc.

Peronospora (Peronospora schatii)

Las hojas centrales presentan color más claro, deformándose, aparecen más o menos rizadas. El envés queda cubierto por un moho gris o violáceo de aspecto aterciopelado.

  • Control

Tratamiento con zineb, diclofluanida, maneb, etc., cuando aparezcan los primeros síntomas.

Sclerotinia (Sclerotinia libertiana)

El micelio se desarrolla en los tejidos, produciendo un moho blancuzco en el que se observan los esclerocios. En las raíces aparecen manchas grandes que al final se reblandecen, pudriéndose.

  • Control

Para su control se aconseja una desinfección del suelo antes de la plantación mediante metil-tiofanato + maneb, vinclozolina, etc.

Virosis

Las virosis más comunes que afectan a la acelga son el Mosaico de la remolacha, el Amarilleo de la remolacha y el Virus I del Pepino. Todos ellos provocan un amarilleo y rizado de las hojas, junto a manchas de color verde pálido u oscuro.

  • Control

Para evitar su aparición es conveniente emplear semilla sana certificada y libre de virus.

Controlar los insectos transmisores de la virosis.

Recolección

La recolección de la acelga puede hacerse de dos formas, bien recolectando la planta entera cuando tenga un tamaño comercial de entre 0,75 y 1 Kg de peso, o bien recolectando manualmente las hojas a medida que estas van teniendo un tamaño óptimo.

La longitud de las hojas es un indicador visual del momento de la cosecha (25 cm), siendo el tiempo otro parámetro, 60-70 días el primer corte y después cada 12 a 15 días. Es recomendable cortar las hojas con cuchillos o navajas bien afilados, evitando dañar el cogollo o punto de crecimiento, ya que podría provocarse la muerte de la planta. De esta forma se puede obtener una producción media de 15 kilos por metro cuadrado.

Una vez recolectadas las hojas, se colocan en manojos de un kilo que a su vez se empaquetan en conjuntos de 10 kilos. En cada manojo se alterna la mitad del fajo de hojas y otra mitad del pecíolo.

La conservación se realiza a 0ºC y 90% de humedad relativa durante 10-12 días

Valor Nutricional

Valor nutricional en 100 g de producto fresco
Agua 91.1 %
Grasas 0.3 g
Fibra alimentaria 0.8 g
Hierro 3.2 mg
Vitamina A 6.500 U.I.
Vitamina C 3.2 (g

La acelga es una verdura con cantidades insignificantes de hidratos de carbono, proteínas y grasas, dado que su mayor peso se lo debe a su elevado contenido en agua. Por ello resulta una verdura poco energética, aunque constituye un alimento rico en nutrientes reguladores, como ciertas vitaminas, sales minerales y fibra. Es una de las verduras más abundantes en folatos (vitamina que debe su nombre del latín folium, hoja), con cantidades sobresalientes de beta-caroteno (provitamina A) y discretas de vitamina C. Sus hojas verdes más externas son las más vitaminadas.

Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis del material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.

El beta-caroteno es un pigmento natural que confiere el color amarillo-anaranjado-rojizo a los vegetales. El organismo, a medida que lo necesita, lo transforma en vitamina A. En el caso de la acelga, el beta-caroteno está enmascarado por la clorofila, pigmento más abundante. La vitamina A es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Además, cuenta con propiedades antioxidantes. También participa en la elaboración de enzimas en el hígado y de hormonas sexuales y suprarrenales.

En la acelga, el mineral más abundante con diferencia es el potasio. Sin embargo, esta verdura destaca respecto al resto por su mayor contenido en magnesio, sodio (responsable en parte de su marcado sabor), yodo, hierro y calcio, estos dos últimos de peor aprovechamiento que los que proceden de los alimentos de origen animal (lácteos, carnes y pescados).

El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Interviene también en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

El yodo es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, que produce las hormonas tiroideas. Éstas intervienen en numerosas funciones metabólicas, como el mantenimiento de la temperatura y del metabolismo corporal. Asimismo, el yodo es esencial en el crecimiento del feto y en el desarrollo de su cerebro.

Aplicaciones culinarias

La Acelga (Beta Cycla) es una hortaliza que siempre se ha relacionado con las dietas para enfermos o para perder peso y con alimentos sin sabor. Es muy curioso es que quizá por esa asociación la gente las toma muy hervidas y evidentemente no saben a nada. Se pueden hacer de muchas maneras, desde al vapor a salteadas y acepta la mayoría de las especias.

A la hora de cocinarlas hay que tener en cuenta que hay que lavarlas bien en primer lugar ya que suelen contener tierra.

Se debe controlar la cantidad ya que menguan mucho.

Vigilar la sal ya que tienden, como las espinacas, a tomar un fuerte sabor.

No cocinarlas demasiado rato ya que si no quedan demasiado "pochas" y liberan más ácido oxálico que resulta perjudicial para los que sufren cálculos renales.

De la acelga se aprovecha tanto las hojas de color verde como la penca o tallo.

Cuando las acelgas son viejas tienden a amargar, sobre todo el tallo o penca.

A la hora de comprarlas es mejor no elegirlas demasiado grandotas ya que son menos sabrosas. Cuidar que estén bien firmes y sin manchas. La acelga se estropea fácilmente incluso en el refrigerador o nevera aunque aguanta unos cuatro o cinco días si la metemos dentro de un plástico sin cerrar o con agujeritos.

Se pueden consumir durante todo el año, pero la mejor época es en otoño e invierno.

Ahora las venden ya lavadas y cortadas con fecha de caducidad, para los que trabajan y no tienen tiempo de entretenerse demasiado con la preparación y limpieza de éstas.

El consumo de las acelgas ha ido en aumento debido a las dietas adelgazantes y al culto a la línea. Cada vez hay más gente que intenta comer sano y llevar una dieta equilibrada comiendo muchas verduras y frutas, pescados y poca carne roja.

Las acelgas se suelen tomar hervidas con una patata o rehogaditas con unosajitos, para comerla lo más natural posible. Pero, si la tomáramos cruda, estaríamos recibiendo el total de su aporte vitamínico.

Se han de seleccionar las acelgas de hojas frescas, tiernas e intactas, de color verde uniforme y brillante y de pencas duras. Las acelgas con hojas muy grandes, ásperas, de color verde amarillento y con tallos fibrosos advierten de que la planta ya ha florecido o está a punto de hacerlo, lo que hace que sus pencas desarrollen un sabor muy amargo. Rechace también las hojas blandas (señal de deterioro) o marchitas o las que presentan evidencia de daño causado por insectos.

La acelga es una verdura de vida corta. Por ello, conviene consumirla en 2 ó 3 días desde su recolección. Guardada en el verdulero del frigorífico se conserva unos días más. Si se compra la acelga fresca y se desea congelar, se ha de escaldar previamente durante 2-3 minutos en agua hirviendo.


Documentación

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