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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Reencuentro con Sarita
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Mi esposa cada vez lucía más linda y hermosa; elegante ante el entorno de vecinos y compañeros de trabajo, sin embargo todos los fines de semana tomamos como costumbre ir de paseo a parques, museos, centros comerciales de autoservicio o simplemente a caminar por la ciudad pero con mi complicidad, o más bien para darme gusto, decía Viky, le gustaba ponerse, ya sea shorts o pantalones de tela delgada y bien ajustados que le hacían lucir sus cada vez más protuberantes nalgas dejando ver bien marcada sus diminutas tangas, y no se diga de sus escotes que alojados ahora en brassieres muy cortos y transparentes sus senos casi se querían salir, bueno que calentadas nos dábamos solo de ver cuantos hombres se la comían por los ojos y al regresar a casa al platicar los acontecimientos nos poníamos bien cachondos, y a coger como si fuera la primera vez. Y así fue, cuando en una de estas ocasiones le recordé lo que ya habíamos platicado anteriormente con respecto al encuentro con Damián; me contestó: mi amor ya te dije que lo que tu digas y dispongas lo haré para darte gusto y por mi parte hasta donde tu desees que llegue y me besó con mucha ternura, agregando: cuando tu quieras y lo dispongas cariño.

Y precisamente un martes que íbamos de regreso a casa, en el centro de la ciudad ¡OH!, que sorpresa, nos encontramos con Antonio, mi amigo de la infancia, iba con Sarita, su mamá; nos dio mucho gusto, después de tanto tiempo, como trece años, volver a vernos; presente a mi mujer , a Sarita le dio gusto conocerla, y desde luego a Toño, quien de forma muy cortés dijo: te felicito Juanito, tienes una esposa realmente bella, se lo digo con respeto, señora, reafirmó, es usted muy galante Antonio, contestó mi mujer con una sonrisa ligeramente coqueta; Sarita ya como de 45 años se veía guapísima y aunque con ropa adecuada a su edad, no perdía su atractivo, Toño, que bárbaro, me llevaba como quince centímetros de estatura y como siguió con el deporte de la natación, su cuerpo se veía moderadamente atlético. después del saludo quedamos de vernos el domingo para dar un paseo así es que nos despedimos con el compromiso de vernos puntualmente a las once de la mañana para el almuerzo.

De regreso a casa, en el camino, Viky permanecía en silencio, que ocurre cariño?, le pregunté, te veo callada y pensativa, si mi amor, contestó, vengo pensando en tu amigo, ah si, que pasa? te impresionó?, fíjate que sí, se ve muy educado y atento, y muy atractivo, y su mamá, no se diga muy agradable; y le platiqué de la gran amistad que tuvimos desde chicos, claro, omitiendo lo del secreto entre Sarita y yo, permanecimos en silencio durante unos diez minutos hasta que nuevamente interrumpí su silencio a Viky, sigues pensando en él, inmediatamente contestó, bueno creo que te impresionó al tiempo en que le pregunté: mi amor, y si te pidiera que coquetearas con él hasta llevarlo contigo a la cama, aceptarías, mi amor, me contestó, ya esperaba que me lo pidieras y claro si es por darte gusto, tal como te lo prometí, así es que continuamos la plática poniéndonos de acuerdo de cómo iniciar nuestra primera aventura erótica, claro que le mencioné que yo estaría presente y de darse la situación, hasta de participar, ella con gusto acepto diciendo: mi amor, no sabes lo mucho que te va agradar y si he de hacerlo con los dos, te cumpliré tu gusto, ya te dije que lo que me pidas con gusto te complaceré. Así llegamos a casa.

El jueves me comunique con Antonio al hotel donde se hospedaban, me contestó Sarita diciéndome que había salido, que no tardaba, así es que, mientras podemos platicar, claro, le contesté, por lo que me comentó que su esposo había fallecido hace año y medio, que siempre se acordaba de mi y le daba mucho gusto habernos encontrado por que desde que quedó sola no había estado con hombre alguno, bueno, dijo, te acordarás que de por si mi marido casi nunca estaba; Juanito no se si cometa algún problema, pero es que deseo estar contigo, ahora ya eres todo un hombre y la verdad me sigues gustando, pero lo veo complicado, verdad? no Sarita el domingo que vamos a pasear, ya estará la oportunidad de que nos separemos de Toño y de mi mujer, de acuerdo? está bien, me contestó, ah, ya llega Antonio, le paso la bocina, me dio gusto saludarte, hasta pronto, hasta pronto le contesté. Hola dijo Toño, que novedades Juanito, gusto en saludarte, hola, le contesté, disculpa que sea imprudente, son ya casi las diez de la noche, no que va, contestó Toño, bueno, le dije es que le prometí a mi esposa llamarte, me insistió mucho para asegurar que no se fuera a cancelar nuestro paseo del domingo, no se, parece que la impresionaste mucho; le platiqué de lo buenos amigos que siempre hemos sido y a cada momento me pregunta como eres? donde vives, con quién, en fin, la he notado. como se dice un tanto alborotada, bueno Toño, discúlpame por platicarte esto, pero como fuiste y seguirás siendo mi mejor amigo no quisiera que te incomodaras por lo que te estoy contando de mi esposa, y a propósito quisiera que no tomaras a mal si ella te muestra su agrado, bueno, tu eres mi amigo y por mi parte no habría inconveniente, es más, me agradaría que no la rechazaras, claro, hasta donde tu quisieras llegar, por mi parte solo deseo dar gusto a mi mujer de fantasear contigo y en su caso, solo si tu lo quieres, darle un poco de atención íntima, me entiendes Toño?, desde luego ella no sabe lo que te estoy comentando, Claro que te entiendo y créeme para mi será un placer, pero Juanito, sin importar lo que pase, seguiremos siendo amigos? claro le conteste, amigos como siempre. bueno nos vemos el domingo, y después de almorzar haber si vamos a algún lado para compartir el día con Sarita, tu mamá, claro, nos vemos el domingo, BY.

Al llegar a casa no le comenté a Viky de mi plática con Toño así es que llegó el domingo y nos dispusimos a ir a la cita; mi esposa se puso una falda de la que llaman línea V invertida, solo unos 15 cm. arriba de sus rodillas de color hueso y tela delgada que dejaba insinuar discretamente que llevaba puesta su tanga favorita, sin fondo, lo que permitía que ligeramente se le señalara la división de sus ya prominentes nalgas, una blusa abierta al frente muy discreta pero insinuante de sus dos pechos alojados en un brassier que solo servía para levantárselas mas, pues apenas se lograba ver la aureola de sus pechos y eso si, se veía perfectamente bien sus dos pezones que desde temprano ya estaban completamente erectos, zapatillas altas que le daban el toque final de de un cuerpo exquisitamente seductor. Y con pantalón informal y una playera de moda.

Llegamos puntualmente al hotel, donde ya nos esperaban Toño y Sarita, su mamá, al vernos llegar bajaron la escalinata para llegar a mi auto, ¡que bárbaro, después me platicó mi esposa, Toño lucía un pantalón deportivo al estilo de los que juegan tenis, color azul cielo y de tela delgada y que de frente se le dibujaba, recostado hacia su lado izquierdo su verga y que sin estar erecta, se dejaba ver de buen tamaño, Viky, al verlo, me toco con su codo diciendo: mi amor, ya viste?, no me dio tiempo contestarle pues me bajé del auto para saludarlos y darles la bienvenida; Sarita, como siempre muy elegante con vestido de una pieza ligeramente sobre sus rodillas, cuello en V con el primer botón suelto, de tela muy fina pero que al caminar, entre sus nalgas dejaba ver que también vestía tanga, pues levemente se le metía en medio de sus preciosas nalgas.

El paseo estuvo maravilloso, primeramente almorzamos como habíamos quedado; era un lugar en el campo con bastante naturaleza y que nos motivó para conversar de mil y una cosa hasta ya tarde por lo que volvimos a sentir apetito, por cortesía y sabiendo por que, los invité a que fuéramos a mi casa a comer algo, pero claro, antes debíamos pasar al supermercado para abastecer la alacena de la semana y aprovecharíamos para comprar algo para preparar, veníamos de regreso muy contentos y risueños, rumbo a la ciudad y a mi domicilio cuando Sarita nos dijo: saben, yo me siento cansada, déjenme al entrar a la ciudad, tomo un taxi y ustedes pueden seguir en tu casa Juanito, yo me voy en un taxi; al momento comprendí lo que quería Sarita por lo que interrumpí: bueno, que les parece si dejo a Toño y a mi mujer en el super, mientras compran la despensa yo llevo a Sarita al hotel y regreso por ustedes al, mi esposa también entendió el mensaje por lo que se adelantó a decir: no te preocupes, mi amor, Toño y yo nos podemos ir en taxi, para que no te presiones con el tráfico, agregó, que ha de estar pesado, me parece buena idea interrumpí, sirve de que si llegan primero van adelantando la botana o merienda, así es que bien puestos de acuerdo y llegando al super, Toño y mi esposa bajaron del auto y se alejaron, Sarita pásate aquí adelante, lo hizo y nos dirigimos a el hotel.

Durante el trayecto que duró unos quince minutos iba recordando la forma en que se arreglo mi mujer, como era domingo y de día, dijo, solo un arreglo sencillo, sin embargo sus mejillas radiaban con un color natural, húmedo; sus labios apenas coloreados se notaban sensualmente carnosos; su estado de ánimo alegre, jovial, la pasamos fabuloso, dijo Sarita: tu mejer, Juan, es realmente encantadora, y vaya que si lo sabía yo, y con Toño su presencia fue sencillamente seductora, a cada palabra, expresión o movimiento corporal irradiaba un halo de delicado erotismo y sin decirlo de palabra, prácticamente se le estaba entregando delante de nosotros. Estos pensamientos y lo que estarían haciendo en estos momentos me empezaron a calentar logrando que se me empezara a parar la verga; en que piensas, preguntó Sarita, en lo agradable que me resulta este reencuentro, mentí, sin embargo, Sarita también se veía espectacular, no obstante a sus cercanos cincuenta años, sabes Juanito, continuó, ardo en deseos de estar contigo, como te mencioné por teléfono desde que falleció mi marido he estado en total abstinencia, llegamos, interrumpí, subes conmigo? preguntó, claro, le dije y después de estacionar el auto, nos dirigimos a su habitación.

Apenas cerré la puerta Sarita se acercó a mi, de frente mirándome tiernamente a los ojos; Juan, ya no eres aquel chiquillo, ya nos conocemos; sus ojos se humedecieron levemente, se acercó más hasta unir sus senos a mi pecho y cerca del oído susurrando me dijo: cógeme Juan, tómame, no sabes cuanto deseo tener una pija dentro de mi concha, acercó sus labios a los míos, los entreabrió ofreciéndomelos , yo loa acepté y nos fundimos en un beso candente, ella succionaba mi lengua, me chupaba mis labios durante buen rato, su respiración ya se escuchaba agitada, unimos nuestros sexos, que palpitantes esperaban ser gratificados; le bese, así de frente su cuello, con mi lengua iba rosando su garganta, bajé a sus senos, ya no aguanto Juanito, me dijo, ¡ayyyyy que feliz me haces, ayyyyyy!, se giro dándome la espalda y repagando con fuerza sus nalgas a mi verga, continué con mis besos en su cuello, en sus oídos, ya se encontraba demasiado cachonda así es que por la parte de debajo de su espalda con mis dos manos le tome sus caderas para apoyarme y pegar aun mas mi verga en sus nalgas sobre su vestido , Sarita me tomó las manos para posarlas en sus senos, ¡OOH! que sorpresa los sentí de buen tamaño, nada colgados, se los acaricie sobe el vestido por buen rato, ella solo gemía; le fui liberando cada uno de los botones, despacio, sin prisa, hasta que pude abrirlo por completo y ¡QUE BARBARA SARITA, SI ESTAS BIEN BUENA!

En la misma posición en que estábamos corrí mis manos hacia la cintura de Sarita. y la atraje hacia mi, haciendo que sus nalgas sintieran mi miembro que parecía salirse del pantalón de lo erecto que se encontraba, subí mis manos hasta posarlas sobre sus enormes pechos y al aprisionarlos con delicadeza le pregunté: te gusta Sarita? te es agradable?, claro, contesto, no sabes como me hace falta, la apreté más hacia a mi al tiempo que Sarita. frotaba sus prominentes nalgas a mi cosa; le besé sus oídos, le lamí el lóbulo de su oreja derecha, ahora le tomé de sus caderas, baje las manos a sus nalgas y al besarle y rozar con mi lengua húmeda su cuello se contorsiono delirante de placer, gimiendo y con su respiración agitada me dijo: ¡ya Juanito, cógeme, quiero sentir tu verga y tus huevos dentro de mi concha!.

Que, hermoso lo que estaban viendo mis ojos, en el espejo panorámico que estaba frente a nosotros se reflejó la imagen más exquisitamente erótica que hubiera visto, Sarita. portaba un maravilloso bikini negro, transparente; la tanga, que, aunque negra, dejaba ver ese manto oscuro de su bello púbico abundante pero delicadamente recortado en un triángulo tan perfecto que jamás hubiera visto; sus pechos eran dos volcanes aprisionados aún por mis manos, ocultos tímidamente en un breve sostén queriéndose liberar y someterse a mis caricias. Sarita. suspiraba, gemía: ¡ahhh!, ¡que delicia, que feliz me haces Juanito.

Sarita ¡se dio vuelta hacia mi y tomándome con su mano derecha de mi cuello, me atrajo hacia ella y con sus labios entre abiertos me los ofreció, al tiempo que su mano derecha tomó mis testículos, mi órgano y acariciándolo suavemente besó mis labios ardientemente succionó mi lengua introdujo la suya a mi boca; gemía ardiente, lujuriosa, bajé mi cara a los pechos de Sarita metiéndomelos, el derecho, lo más que pude a mi boca y con la lengua le di movimientos circulares a su pezón, al sentir esto Sarita se estremeció y delirante casi gritaba: ¡no pares Juanito, mi amor, , me estas subiendo a las nubes!, ¡no pares, que rico me las chupas!, ¡mámamelas más hay! ¡que sabroso me las mamas!.

A continuación Sarita desprendió mi cinturón y bajó lentamente mi pantalón, parte de su mejilla casi junto a su boca rozó mi pene, me estremecí al pensar que me lo iba a chupar, sin embargo continuó, me quitó la camisa y ahora se apoderó de mis pechos, los besó largamente, los lamió y tomando alternativamente cada uno de mis pezones también se los metió a la boca, devolviéndome el juego los mordisqueó, los lamió con su lengua dando movimientos circulares.

La acerqué y acosté sobre la cama su cuerpo hervía de deseo, de pasión; me acerqué a Sarita que me recibió con sus piernas completamente abiertas, completamente desnuda; la besé en sus ojos cerrados y fue avanzando hacia el centro de su placer, le besé nuevamente en los oídos, el cuello al tiempo que le susurraba lo buenísima que estaba el tamaño de sus tetas y su rico bizcochito, y así, continué con mis caricias húmedas, pasé por sus pezones, mamé sus prominentes pechos metiéndomelos lo más posible en la boca durante mucho rato hasta dejarlos en estado de plena erección.

Finalmente, llegue al lugar apetecido: Sarita. me tomó por la nuca y me hizo sumergir en el monte Venus de su bizcochito, al instante Sarita. separó las piernas y lo que vi hizo que casi me viniera, su precioso sexo enmarcado en una abundante mata de bellos negros, era el más grande y delicioso que jamás hubiera tenido; que rico bizcocho tienes Sarita, le dije mientras su mano, por mi nuca empujo hacia ella diciendo: ¡tómalo Juanito, es todo tuyo ¡cómetelo hazme feliz!

Coloqué mis manos por debajo sus exquisitas nalgas dirigí mis labios hacia ese rico manjar y con pasión y deseo me apresuró a besar, lamer y morder sintiendo un placer inenarrable, mientras, ella se retorcía de gozo sin separar su mano derecha de se nuca, mientras con la izquierda se acariciaba frenéticamente sus pechos.

Lentamente con la lengua saboreaba todos los rincones de su exquisita vagina y ella extasiada con las dos manos me apretaba hacia su sexo evitando que me retirara.

Sólo de tocar R. su clítoris le sobrevino el primer y más violento orgasmo que me había tocado provocar; Empezó a gemir y a murmurar: ¡pensé que nunca volvería a verte Juanito.!, ¡sigue, me estas haciendo muy feliz! ¡ah,ah,ah, que rico me lo haces!, ¡que hermoso, sigue, no pares, me lo estas mamando divino!, ¡ay, aaay que rico!, ¡que delicia! al tiempo que arqueaba su cuerpo para que me comiera completamente su bizcocho.

Finalmente, le pidió: ¡ya métemela, por favor, ¡la quiero toda adentro! ¡Hazme tuya! quiero sentirte dentro de mi! ¡llevo mucho tiempo esperando esto!.

De inmediato me coloqué el condón, de frente abrió las piernas tomo mi miembro entre su mano derecha y guiándolo apresuradamente se lo introdujo hasta el fondo, desapareció por completo en su húmedo y ardiente sexo.

Empecé mi juego; se la metía y sacaba, le hacia movimientos circulares, de entrada, salida, entraba y salía! nuevamente con movimientos circulares entraba hasta el fondo de su culo sintiendo que se venía a cada envestida, fueron largos minutos de gozar a Sarita. en esta posición; al sacárselo lo tomaba con su mano derecha y le masturbaba su bizcocho, Sarita me pedía susurrando: ¡no lo saques! ¡métemelo todo!, todo hasta adentro, que lindo me estas cogiendo, eres lo que tanto deseaba, ¡sigue muévete máaaas!, ¡máaaaaas!, métela toda!, toda! y casi me vuelve loco cuando me dijo: quédate quieto! y me dio una buena ración de contracciones vaginales que daban la sensación de quererse comer mi pene, que delicia que increíble sensación sentir su palpitante sexo aprisionando mi órgano, continué con movimientos lentos, disfrutando esa hermosa sensación de ver, de tener a Sarita. completamente desnuda y entregándose; desahogándose de su pasión reprimida; fui acelerando el ritmo pues Sarita lo pidió: ¡más rápido Juan, ¡más rápido...más...más, más, máaas!; ¡que rico siento! ¡Que rico cogen Juanito.! ¡eres lo máximo!!!! ah,ah,ah! me vengo papi! ¡ me vengo contigo papacito, contigo, que rico! ¡máaaas! ¡máaaaas! ¡métela toda, toda.! ¡hay, hay, máaas! ¡que hermoso me lo haces!, ¡que rico me coges mi amor.! muévete más, ¡máaas rápido, rápido, ¡métela toda máaaas! ¡toda mmmáaaaas! ¡!AAAAAAAyyyyyyy!!!!!! ¡!!!!!AAAAAAAAyyyyyyyyyy!, ¡ya viene, ya viene, ya viene! ¡ME VENGO PAPI, ME VENGO, AYYYYYYYYYYY!, YAAAAAA.

Descansamos uno cinco minutos, recostado de lado de Sarita que comentó: gracias Juan fue hermoso, yo estaba pegado a uno de sus senos metiéndome su pezón a la boca y dándole suaves mordiscos, esto la excitó nuevamente, lo entendí por el ritmo de su respiración, de repente me acordé: ¡Viky y Toño, que estarán haciendo? esto me calentó nuevamente, aunque todavía no me venía mi orgasmo, así es que en forma delicada coloqué a Sarita . agachada en la orilla de la cama apuntando sus exquisitas nalgas hacia mi, en posición que le llaman “chivito en precipicio”, disfrutando con mi vista esas deliciosas nalgas que tenía y que en esa posición se veían aún mas grandes, carnosas y apetecibles, se las observé deliciosamente, se las acaricié diciéndole: qué rico culito tienes Sarita, estás buenísima, le acerqué nuevamente mi miembro en la entrada del bizcocho, se lo froté algunos instantes; me di cuenta de que estaba deliciosamente mojado, por lo que de un solo empujón, nuevamente se la metí con energía mis movimientos circulares, quería terminar pronto, de entrada y salida hasta casi golpear con mis huevos, ella sintió otra vez la delicia de mis embates, pues empezó a moverse primeramente en forma cadenciosa hasta que acoplamos nuestros movimientos me di cuenta que por la posición, donde más presión sentía de su vagina, era en la entrada, por lo que opté por sacársela toda y volverla a meter de golpe hasta el fondo, Sarita, nuevamente excitada hasta más no poder susurraba: ¡más Juanito!, más rápido papi lindo, más rápido, más! ¡máaaas! más! métemela toda, así, así, asìiii! ay que rico cógeme me gusta mucho, ¡que delicia ¡ ¡te siento todo dentro de mi!, la siento ahora más grande y más gruesa, que rica verga tienes Juan., no me canso de gozarla, de disfrutarla; ¡ah, ah, aaahhh, que delicia, ¡quiero más, dame más de tu cosa, que rica la tienes, más, más rápido papà, hazme gozar, la siento toda hasta adentro, ¡que delicia; completamente liberada y nuevamente al borde de su orgasmo se atrevió a decir: ¡máaaaas verga!, ¡máaaaaas verga, ¡que rica verga tienes mi amor. ¡me vengooo!,!me vengo! ¡que rico me estoy viniendo ¡aaaayyyyyy!!!!!! ¡AAAAAHHHHHHHG. al tiempo que m i orgasmo también se consumaba, gritó grité ¡!!¡AY, AY, AYYY!!!!!!.... ¡aaaah, aaaaaaah! que sabroso me estoy viniendo, le dije que rico bizcocho, ¡es mío, es mío, que hermoso, AAAAAHHHH!, ella también gritó ¡AAAAAAHHHHHHHH! y nos venimos juntos.

Sarita, que delicia, le dije, espero no haberte defraudado; claro que no Juanito y que no sea esta única vez, claro que no, le conteste, cuantas veces lo deseas, me contactas y estaré contigo. Pero me tengo que ir, le dije, claro papi, aséate para que no se de cuenta Viky, claro, y solo me aplique abundante agua, el jabòn de hotel es muy delator. Me despedí de Sarita con un largo y tierno beso y me dirigí a mi domicilio. “QUE ESTARÀ HACIENDO VIKY CON TOÑO?” me pregunté y solo de pensarlo me empecé a calentar, no obstante de la cogida que acababa de dar con Sarita.

Frank

 

 

Mi querido padrote

Esta es una historia coral que gira en torno al noviazgo y matrimonio de Viky y Juan, y también se narra el sexo con Sarita, la madre del amigo de Juan y como Antonio tiene sexo con Viky, la esposa de Juan que acaba entregándose a su marido como esclava sexual tras haber pasado una excitante luna de miel.

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