Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
La cerveza
Principales componentes de la cerveza

Debido a sus componentes, la cerveza consta de una serie de propiedades funcionales:

Alcohol etílico

El consumo moderado de alcohol tiene efectos positivos para el organismo, siempre que se trate de individuos adultos, sanos, y que no consuman fármacos con los que el alcohol pueda interferir (Woods y Bax, 1982; Ockhuizen, 1988).

El Estudio destaca que el alcohol, en cantidades moderadas, aumenta el colesterol asociado a las lipoproteínas de alta densidad (HDL) en relación al nivel habitual que se da en personas abstemias. Este aumento del "colesterol bueno" reduce los riesgos de enfermedades y accidentes cardiovasculares (White, 1996).

Son particularmente interesantes los datos de Hein et al (1996) sobre el nivel de "colesterol malo" – asociado a las lipoproteínas de baja densidad (LDL) -, la tasa de isquemias cardiacas y el consumo de alcohol. El efecto protector del consumo de alcohol no se manifiesta en individuos con una tasa de colesterol LDL inferior a 3,63 mmol/l, pero resulta dramático en individuos con mas de 5,25 mmol/l: el índice acumulativo de isquemias cardíacas fue del 16,4% para los abstemios, del 8,7% para los bebedores de hasta 3 copas diarias, y del 4,4% para los consumidores de mas de 3 copas diarias.

Por su parte, Delin y Lee (1992) estudian la interacción del alcohol y la disponibilidad de nutrientes, así como las consecuencias gastrointestinales del consumo de bebidas alcohólicas, y sugieren que las bebidas alcohólicas constituyen un complemento importante de la dieta, aumentando el nivel de satisfacción y contribuyendo a la relajación necesaria para una buena digestión y una adecuada absorción de nutrientes. (Ver más del alcohol etílico)

Folatos

Reducen el riesgo de anemia megaloblástica y de malformaciones en la médula espinal. La ingesta diaria de un litro de cerveza en varias tomas, que muchos investigadores (Parker et al., 1996; Mc Elduff y Dobson, 1997; Jian- Min et al., 1997) consideran como una cantidad saludable para individuos adultos normales, supondría 30 mg de folatos, que no se destruyen al no someterse a ningún tipo de tratamiento térmico ni de oxidación. Esta ingesta supone un 15% del total recomendado para un adulto normal, y el 10,9% del recomendado a madres lactantes. (Ver más de los folatos)

Polifenoles

Que actúan como antioxidantes naturales que potencialmente podrían reducir los fenómenos oxidativos responsables del envejecimiento del organismo. Un litro de cerveza puede aportar a la dieta diaria un 20% del consumo medio del total de polifenoles. (Ver más de los polifenoles).

Fibra soluble

Que evita el estreñimiento, disminuye la incidencia de cáncer de colon y de diverticulosis, y rebaja la colesterolemia (Asp et al., 1993; Hughes, 1998; Dreher, 1987). La ingesta recomendada de fibra dietética es de 30 g diarios de los que un tercio debe ser fibra soluble (Deher 1987). (Ver más de la fibra soluble)

Un litro diario de cerveza puede llegar a aportar un 60% de la ingesta recomendable de fibra soluble y puede complementar el aporte de fibra de otros alimentos, como los cereales, muy ricos en fibra dietética insoluble.

Maltodextrinas.

Su concentración habitual es del 2,6-3,5% del peso de la cerveza. Las maltodextrinas tienen, como fuente energética, una posible propiedad funcional importante, lo que ha promovido su aplicación en fórmulas de bebidas para deportistas que practican disciplinas que exigen esfuerzos prolongados. Cuando se formulan bebidas de este tipo con glucosa, este carbohidrato pasa rápidamente a la sangre, lo que produce una fuerte subida de la concentración de glucosa que induce la secreción de las hormonas que metabolizan esta substancia. Si la subida ha sido muy puntual (en forma de pico agudo) las hormonas metabolizan y agotan rápidamente el substracto y permanecen en la sangre por algún tiempo, dando lugar a una hipoglucemia, que es justamente el cuadro que trata de evitarse con la ingestión de la bebida.

La formulación de bebidas con maltodextrinas corrige la posibilidad de hipoglucemia, ya que la maltodextrina se metaboliza lentamente liberando unidades de glucosa que pasan progresivamente a la sangre, y dan lugar a un pico de concentración de glucosa en sangre menos elevado y mas extendido.

Esta posible propiedad de las maltodextrinas, entre otras propiedades de las cervezas, ha sugerido la propuesta de que tanto las cervezas normales, como las cervezas sin alcohol y diversos extractos de malta, puedan considerarse como bebidas para deportistas (Piendl, 1990).

Sodio

La cerveza es una bebida con muy bajo contenido en sodio y, por tanto, muy adecuada para participar en las dietas hiposódicas. El valor promedio de 33 mg/l de sodio citado por Piendl parece bien ajustado. Según este valor, la ingestión de un litro de cerveza sólo contribuye en un 6,6% del máximo admitido en una dieta hiposódica estricta.

A título de comparación se hace constar que este contenido en sodio de la cerveza es similar al promedio del agua potable y 16 veces inferior al de la leche. La relación de potasio a sodio en la cerveza, según datos del citado profesor Piendl, es de 15,7, lo que le confiere un fuerte efecto diurético (Galles et al., 1998). Estos valores hacen que la ingestión de cerveza pueda y deba ser recomendada en la confección de diversas dietas hiposódicas.